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Editorial Construir

Automatización y digitalización: Las pautas que marcan el futuro de las fábricas

El futuro de las fábricas ya está aquí e impacta en la región, es por ello que las grandes empresas se han esforzado por innovar de cara a la IV Revolución Industrial con automatización y robotización.

El reto no ha sido fácil y se han tenido que destinar fuertes inversiones en maquinaria, capacitación y renovación de equipo, pero los resultados al final del camino son gratificantes: mayor producción, más eficiencia, ahorros, sostenibilidad y sobre todo un reconocimiento por su innovación.

Esta tendencia se encuentra enmarcada en la transformación digital que afrontan todas las industrias y empresas a nivel global frente a una nueva era basada fundamentalmente en las nuevas tecnologías que marcan el ritmo.

“Las nuevas tecnologías se han integrado a los procesos de manufactura, sea directamente en la producción o el control de los procesos, están generando transformación positivas”, resaltó Oscar Monge, FisturePlant Manager FeiloSylvania.

Los procesos de transformación digital van más allá de la no utilización de papel y la digitalización de todos los procesos, sino que se trata de algo más integral, de un ecosistema tecnológico en el que todas las áreas de adapten por medio del Internet de las Cosas (IoT), Inteligencia Artificial (IA), Realidad Aumentada, Realidad Virtual, etc.

“Dependiendo de para qué y el objetivo que se quiere lograr, así es el tipo de tecnología que se aplica. Por ejemplo, en nuestra planta de producción nos enfocamos en mejorar eficiencias y calidad, así como en el cuidado del medio ambiente”, resaltó el gerente de planta San Miguel, de Cementos Progreso en Guatemala, Francisco Castañeda.

Innovación y desarrollo

En la actualidad existen diferentes avances y desarrollos en el tema de innovación en las plantas de producción de la región. La mayoría enfocadas en temas de automatización y algunos casos en donde se utilizan robots en los procesos, como el caso de la fábrica de Samboro en Guatemala, la cual cuenta con montacargas robotizados y el laboratorio de planta San Miguel de Cementos Progreso, que utiliza un robot para análisis de muestras.

Uno de los principales beneficios de estos procesos tecnológicos, de acuerdo con el gerente de calidad y medio ambiente de Cemex Costa Rica, Luis Segura, es la reducción de averías. “Los procesos son mucho más eficientes. Los fallos de los procesos se reducen y tenemos menos averías y más continuidad operativa”, explicó.

Por otro lado, el uso de nuevas tecnologías permite mantener un monitoreo en tiempo real y control sobre los diferentes procesos en cualquier industria, incluso este se puede realizar de forma remota por medio de dispositivos móviles; todo esto impacta directamente en la mejora continua de la producción en general.


“Los grandes fabricantes estamos aportando por inversiones en tecnologías que mejoren la producción, aumenten el volumen y garanticen la calidad del producto”, afirmó Julissa Pizarro, supervisora de mercadeo en Panasonic Centroamérica.

Además, señaló que el mayor impacto que estos procesos de automatización han tenido en el caso de la fábrica de esta empresa en la región ha sido una disminución del 30% en el uso de plástico en el proceso de empaque de pilas a través del proyecto “Green Factory Challenge” y por medio del uso de nuevas tecnologías lograr que las pilas Panasonic sean libres de cadmio, mercurio y plomo.

Los niveles de inversión varían según las necesidades, sin embargo, de acuerdo con la experta, anualmente ronda los US$400.000.

La transformación en las plantas de producción se extiende más allá de la automatización y mejora continua en los procesos, también impacta directamente en la calidad de los productos. Un ejemplo de esto ha sido Sylvania, quienes utilizando tecnología de punta han logrado un cambio de tecnología en sus productos terminados, pasando de productos fluorescentes o incandescentes a soluciones de iluminación con tecnología LED.

Mientras tanto, también han logrado la adquisición de equipos de punta para la medición de la energía, emisión de luz, temperatura y grados de filtración de líquidos para apoyar  el control de calidad de productos y el desarrollo local para aplicaciones especiales.

Por último, la mejora en los procesos por medio de tecnología aplicada en su planta de producción, por ejemplo de sistemas láser en el corte de plásticos y metales. “Tienen el objetivo de minimizar los errores, mejorar la calidad, aumentar las capacidades productivas, reducir costos, e innovar en componentes”, resaltó Monge.

La planta de producción de Sylvania realiza una inversión de entre los US$500.000 a US$1 millón anualmente solo en temas de equipos de planta, según las necesidades y proyectos planificados.


Automatización al 100

La automatización no es un tema nuevo, desde hace varios años las grandes fábricas han integrado estos sistemas en sus procesos productivos. Cemex Costa Rica ha logrado alcanzar niveles altos de automatización y según Segura todos los procesos están automatizados al 100%, menos la extracción de la materia prima.

Esta automatización les ha permitido elevar sus niveles de eficiencia, pasando de valores normales en la industria de la construcción a valores tope. “Nuestras eficiencia se encuentra sobre un 95%”, resaltó.

La planta de Cementos Progreso, San Miguel, ubicada a El Progreso, Guatemala, se encuentra en situaciones similares, el 99% de sus procesos cuentan con automatización, a excepción de la extracción de materia prima en las canteras. “Desde el punto de trituración en adelante llevan proceso de automatización”, indicó Castañeda.

Corporación Aceros de Guatemala (AG), también ha destacado por el uso de tecnología moderna en los diferentes procesos de producción. “Los beneficios han impactado los resultados de la empresa pagando las inversiones realizadas según los tiempos planificados y permitiendo que la empresa continúe siendo competitiva. Se mejora la productividad”, puntualizó el Ing. Carlos Ponce, director de producción.

Asimismo, comentó que son tecnologías que monitorean en tiempo real los contaminantes, tanto de gases, polvos, ruido, aguas residuales y otros aspectos del los procesos y ayudan a una reducción del consumo energético y uso de combustibles alternativos, lo que impacta en el cuidado del medio ambiente.

La inversión en la planta de producción de AG ronda anualmente los US$5 millones.


Desafíos en la transformación

Como en cualquier proceso de cambio, existen beneficios pero también se atraviesa por una curva de aprendizaje que representa uno de los principales retos y en la transformación digital de las fábricas en la región ha ocurrido exactamente esto, ya que de la mano de la implementación de los nuevos sistemas de innovación se debió realizar una capacitación intensiva para los empleados.

Para Pizarro, la transformación debe tener una planificación estratégica y alineada con los objetivos empresariales y contemplar una capacitación constante de los colaboradores ya que son ellos quienes deben velar por el correcto funcionamiento de los sistemas y equipos.

“El principal desafío para Cemex en su proceso de innovación han sido los procesos de aprendizaje del personal. Se realizaron capacitaciones intensas y largas”, afirmó Segura.

Para Monge, hay que diferenciar entre dos tipos de transformación digital: “no es lo mismo desarrollar una planta desde cero y generar una aplicación total de las últimas tecnologías, que transformar sistemas de forma individual en plantas ya establecidas”.

Saltos más rápidos

Conforme avanzas las innovaciones tecnologías, los saltos de una tecnología a otra mejor y más reciente se producen en menor tiempo. “Sistemas que antes duraban hasta 20 años ahora duran 2 ó 3 años para una renovación”, enfatizó Castañeda.

“El principal reto cuando uno hace un salto de tecnología es que debe ir acompañado de mucha capacitación para los colaboradores y se debe prever la velocidad con la que cambia la tecnología hoy en día”, indicó Castañeda.

Las nuevas tecnologías suelen quedar obsoletas en corto tiempo, debido al surgimiento de unas más recientes. Esto supone un reto más para las fábricas, ya que estas actualizaciones también representan una inversión y deben mantener los procesos actualizados.

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