Cambio climático y ciudad: Las redes ambientales como táctica para la adaptación y la mitigación
- Editorial Construir
- 27 may 2020
- 2 Min. de lectura
Por: Juan Heras, Juan Heras & Associates
Los efectos del cambio climático evidencian las gigantescas debilidades generalizadas por los patrones de metropolización en América Latina (alta vulnerabilidad de la población en relación con los factores de riesgo ambiental; congestión e ineficacia extremas del sistema de movilidad; crecimiento inorgánico de los tejidos urbanos; obsolescencia de los espacios públicos y enclaves históricos de mayor identidad; transformación de suelos inapropiados para el desarrollo, etc.).
Se busca que las ciudades (donde vive más del 80% de la población de la región) sean más adaptadas y sostenibles; compactas, dotadas y competitivas; seguras e incluyentes; transitables y con mayores opciones de movilidad entre otros. Sin embargo, el paso de dicha política territorial o “estrategia” (que es la cosa de los líderes) a acciones concretas tiene limitada incidencia real sobre las dinámicas locales del desarrollo resiliente.
Esto por los altos costos de pre-inversión, ejecución y mantenimiento de los programas previstos; por demandar consensos/recursos de concertación interadministrativa de gran magnitud; por la falta de transparencia/ credibilidad de las instituciones, por los antagonismos entre ciclos políticos, así como por los conflictos de intereses entre los “stakeholders”.
Por ello, quizás convenga fortalecer la “táctica” (que es la cosa de los técnicos) como mecanismo proactivo hacia la implementación de las intervenciones. Debería empoderarse a quienes tienen la encomienda operativa e instrumental (no solo a la estructura de liderazgo sociopolítica) según metodologías auto-referentes que contemplen, como piedra angular, la falta de recursos económicos o de apoyos operativos externos.
Se sugiere pues que las entidades subnacionales fomenten cursos prácticos para abordar sin ambages el nudo gordiano del urbanismo “de proximidad”, léase: ¿Qué se puede hacer con lo que se tiene? El objeto de estos sería capacitar a los funcionarios de los departamentos técnicos municipales tanto en el procedimiento de selección/ ubicación de intervenciones en el tejido urbano (pues no existen recursos para todas), como en la gestión posibilitadora de las mismas con incorporación del sector privado (pues sin concreción solo habrá brindis al sol).
Como corolario de lo anterior, sería condición transversal que los nuevos planteamientos vayan desde lo concreto a lo general (con palanca en lo que ya existe mediante concatenación de actuaciones de pequeña escala escrupulosamente bien localizadas), atraigan al músculo financiero privado (al amparo de la transparencia y la rentabilidad económico-social) y generen efectos simultáneos tanto en la adaptación como en la mitigación con el fin de ahorrar costes y mayorar los co-beneficios climáticos.
Con dichas premisas y sin perjuicio de que haya otros enfoques idóneos posibles, quien suscribe apostaría decididamente por enseñar, a los depositarios de la acción local, la metodología de “redes ambientales peatonales seguras”.
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