Por: Gastón Oppel
La construcción sostenible se puede definir como aquella que teniendo especial respeto y compromiso con el medio ambiente, implica el uso eficiente de la energía y del agua, los recursos y materiales no perjudiciales para el medioambiente, resulta más saludable y se dirige hacia una reducción de los impactos ambientales.
De acuerdo con el reporte 2020 para Edificios y Construcción realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, por primera vez, los edificios que implementan la eficiencia energética aumentaron en un 3% en 2019. Esto ha reflejado un paso positivo para el sector construcción.
“Nuestro principal objetivo es lograr cambiar la mentalidad de las personas y desarrolladores en que la sostenibilidad es una inversión y no un gasto”, indicó Pamela Castellán, directora ejecutiva del Consejo de Construcción Sostenible de Guatemala o Guatemala Green Building Council (GGBC).
“Existen señales prometedoras que apuntan que las construcciones tras la pandemia de COVID-19 serán más sostenibles y buscarán mitigar la transición a una economía con bajas emisiones de carbono. Además, las edificaciones sostenibles poseen un costo incremental mucho más bajo de lo que se cree, el cual se ha demostrado que representa alrededor del 1% del costo total de los proyectos”, explicó Castellán.
En cuanto a los beneficios de construir sostenible, la directora ejecutiva del GGBC, explicó que se dividen bajo los tres pilares: 1. Pilar ambiental 2. Pilar económico 3. Pilar social
Bajo ese criterio enumeró los siguientes beneficios:
Aporte al medio ambiente. Algunos aspectos que se pueden mencionar son el mejoramiento de la calidad de aire y agua, la reducción en emisión de gases efecto invernadero, restauración de recursos naturales, control de temperaturas, entre otros.
Estimula la atracción de inversionistas y satisfacción de clientes. No solo ser sostenible, sino que también obtener una certificación como por ejemplo: LEED, (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) tiene un alto valor comercial para la industria de la construcción. Su inversión luego se ve retornada en los ahorros y eficiencias del edificio.
Competitividad. Al promover la construcción verde, se reducen costos operativos, se optimiza el ciclo de vida de la edificación, mejoran los procesos del equipo involucrado, se aumenta el valor de la propiedad así como la productividad de los usuarios.
Eficiencia energética. Este es uno de los rubros en los que más rápido se visualiza el retorno de la inversión en las edificaciones sostenibles. La implementación de estrategias dirigidas a la eficiencia energética logran un consumo menor que los edificios convencionales en su fase de operación, además de utilizar energía en base a recursos renovables.
Salud. Con la construcción sostenible se logra crear espacios estéticamente agradables para las personas que proporcionan una mejor iluminación y condiciones térmicas lo que impacta en su comodidad y salud en general, así como también en su productividad.
“Los beneficios de los proyectos sostenibles van más allá de ser exclusivos con el medio ambiente”, finalizó Pamela Castellán, directora ejecutiva del GGBC.
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