La evolución social siempre estuvo vinculada a la forma en que las personas se adaptan a los entornos. Sin embargo, los entornos adaptados a las personas ganan importancia en una era marcada por la integración de los espacios de convivencia comunitaria.
Bajo esta premisa, los complejos de usos mixtos emergen como un concepto de planeación urbana basada en infraestructuras destinadas a satisfacer las necesidades plurales de la población. El término engloba a edificaciones multifuncionales que se caracterizan por la diversidad de servicios que ofrecen. Se refiere a la sinergia entre espacios residenciales, comerciales y recreativos, todo en un mismo complejo.
En los últimos años se ha visto un enorme crecimiento en el desarrollo de este tipo de obras y por ello, actualmente la construcción de complejos de usos mixtos se ha convertido en una tendencia mundial dentro de los mercados inmobiliarios que cada año va tomando mucha más fuerza.
“Desarrollo de uso mixto es en sentido amplio todo desarrollo urbano, suburbano o pueblo, o incluso un solo edificio, que mezcla una combinación de usos residenciales, comerciales, culturales, institucionales o industriales, donde las funciones están física y funcionalmente integradas, y que proporciona conexiones peatonales”, indican Harold Murray y Juan Flores en la publicación “Comercio en todas partes: Los proyectos de Uso Mixto”.
Evolución de las estructuras mixtas
La idea de los complejos de usos mixtos no es particularmente nueva, sin embargo se ha convertido en una tendencia dentro del desarrollo inmobiliario, en procura de crear ecosistemas urbanos más funcionales y eficientes. En un principio este concepto se basó reunir tres aspectos principales en un mismo proyecto, como el residencial, comercial y corporativo. La intención siempre fue crear un entorno de máximo provecho para el usuario, que pudiera vivir, hacer sus compras y trabajar en un área determinada.
Estos usos se han venido expandiendo gracias a la diversa demanda y en la actualidad se incluyen servicios especiales adicionales como hotelería, centros culturales, cuidados de la salud, restaurantes, supermercados y centros de recreación.
Edificios que reinventan la ciudad
El auge de los complejos de usos mixtos se debe principalmente a la expansión demográfica de las ciudades y la carencia de espacios lo que redunda en el alto costo de las tierras urbanizables. Los proyectistas inmobiliarios se percataron del provecho que este tipo de infraestructuras saca en predios del perímetro urbano en función del reciclaje de suelos y su cambio de usos. Esto ocurre en países como México, donde el 18% de las construcciones son mixtas según datos de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI).
Esta tendencia plantea una nueva manera de vivir en comunidad que reina en las grandes metrópolis, en la que un solo inmueble disponga de oficinas, comercios y viviendas. También ha supuesto una adaptabilidad en la infraestructura de los servicios de las ciudades, que ahora presentan un rosto más moderno y diversificado, lo que a su vez eleva la plusvalía.
Obras complejas, un reto de diseño
Los proyectos de usos mixtos suponen una variedad de retos en lo que respecta a diseño y construcción. Cada edificio debe estar orientado a la integración y activación de sus funciones múltiples. Esto quiere decir que sus usos deben ser diferenciados y complementarios a la vez como parte de un mismo ecosistema urbano.
Mezclar oficinas con departamentos, locales comerciales con restaurantes o centros culturales con los de esparcimiento, se deben atender temas de sinergia operativa. Para esto se necesita de un gran metraje de terreno o la posibilidad de construir en altura, aspecto arquitectónico que ha ganado popularidad.
El tema es tan complejo como eficiente en lo que respecta a la distribución de los espacios o la ubicación de entradas y salidas, para favorecer la movilidad interna y con el exterior. Es clave la adecuación de los sistemas de energía, distribución y recolección de aguas, sistemas de ventilación y servicios sanitarios que son muy disímiles entre conjuntos residenciales y comerciales, por ejemplo.
Esto implica que los espacios deben ser compatibles para su funcionamiento estructural y no solo para la convivencia del usuario.
Bondades de los proyectos usos mixtos
En su informe de impacto socioeconómico de bienes raíces en América Latina, el International Council of Shopping Centers (ICSC) concluyó que los complejos de usos mixtos de carácter comercial impactan de manera positiva en las comunidades y aportan un aire de sofisticación que atrae a las masas consumidoras.
La movilidad es la principal ventaja de tenerlo todo en un mismo lugar. El usuario ya no deberá recorrer grandes distancias para satisfacer sus necesidades, por muy variadas que sean. Un estilo de vida cosmopolita, una mayor seguridad y una oferta comercial infinita hacen de los complejos de usos mixtos la opción ideal para vivir.
Las características de modernidad también elevan su plusvalía, lo que a su vez forma parte de su garantía financiera que favorece el respaldo de grupos inversores. Mucho más que un sitio para comprar y vivir, los complejos de usos mixtos tienen provecho en el ámbito económico, generan empleos, captan ingresos públicos, atraen nuevas inversiones y constituyen centros de encuentro social.
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