Por: Malka Mekler
Entre las calles arboladas del occidente de la Ciudad de México se encuentra una residencia de volúmenes simples, robustos y con carácter honesto. El medio digital Architectural Digest México resaltó que la casa Monte Tauro fue diseñada por Pablo Pérez Palacios y su equipo creativo del Taller PPAA para una familia que reside fuera de la ciudad, pero visita de vez en cuando.
“Tengo una relación personal con los clientes, y en algunas ocasiones les había ayudado con temas enfocados en diseño interior; pero un día decidieron mudarse y, en vez de comprar una casa terminada, prefirieron hacer del proceso de diseño y construcción parte esencial de su nuevo hogar, para así personalizar el espacio y volverlo suyo”, narró Pérez Palacios.
Con esto en mente fue que nació el proyecto de casa Monte Tauro, que extiende la arquitectura depurada y franca y el diseño que caracteriza dicha obra y la visión de PPAA. Pérez Palacios explicó que su arquitectura siempre se ha basado en un proceso creativo donde buscan purificar y llegar a lo mínimo necesario. “Es una arquitectura que habla de ideas y que es honesta. Nada se forra, nada se oculta”, mencionó Pablo.
Para el diseño de esta casa específicamente, el equipo intentó generar un diálogo entre lo masivo y cerrado del concreto, que alberga las áreas privadas, y lo ligero, abierto y luminoso de la estructura de madera, donde se encuentra la zona social.
“Cada espacio tiene su momento y su relación con el terreno, las partes privadas con aperturas puntuales y enfocadas, mientras que las áreas sociales presumen una relación mucho más directa con la naturaleza, eliminando el borde entre interior y exterior”, continuó el arquitecto.
Dicha vivienda se organizó con base en tres ejes de circulación en planta baja, dividiendo el eje público, el de servicios y un bloque de tres dormitorios. El objetivo arquitectónico de PPA fue separar los tres bloques de manera proporcional en cuanto a volumen, para que se notara que cada zona cuenta con un propósito de uso especial.
Con esto se creó un esquema en forma de “L” que contiene el área social, la sala de estar y comedor, la cocina, la terraza, el jardín y la piscina. Después, el espacio cerrado que está totalmente separado del resto de la casa toma forma a partir de la estructura de madera de pino laminada, el cual contrasta con el hormigón fundido del resto de la residencia, cuyo lenguaje es más sólido. El proyecto es una visión creativa y atemporal que responde a un contexto particular.
“En casa Monte Tauro se materializa la arquitectura como un medio y un mensaje abierto, donde se ponen a prueba ideas siempre centradas en el individuo y su relación con el espacio ; una arquitectura donde el vacío es tan importante como lo construido ”, finalizó Pablo Pérez Palacios.
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