Entendiendo la necesidad de prevenir mayores daños, se dio inicio a los trabajos de protección de los micropilotes del puente sobre el río Barranca.
Dichas labores tienen como objetivo reducir riesgos de escenarios extremos, como condiciones que impidan por completo el paso por la estructura, así lo explicó Hannia Rosales, directora del Consejo Nacional de Vialidad. Asimismo, resaltó que dichas labores tardarán tres meses en ejecutarse.
“Venimos trabajando en paralelo sobre tres ejes; uno es el reforzamiento del puente actual, el otro es la próxima colocación de un puente temporal, que permita mantener el tránsito por el lugar, mientras se construye una nueva estructura. El tercer frente de trabajo es justamente el nuevo puente, al respecto podemos indicar que ya se tienen muy avanzados los diseños, lo que permitirá realizar un proceso licitatorio para su adjudicación, siempre buscando los plazos más reducidos posibles en esas tareas” explicó la directora del Consejo.
Los trabajos que se llevan a cabo actualmente son en las bases del puente, en el lecho del río, por lo que no hay ningún tipo de afectación al tránsito por el lugar. Sin embargo, se solicita circular con baja velocidad para no acelerar los deterioros producidos por el exceso de vibraciones y sacudidas más fuertes.
Según lo proyectado por el CONAVI, el nuevo puente entraría en servicio a finales del primer cuatrimestre del 2025 y el costo de las obras, incluyendo la intervención preventiva actual, el puente provisional y la nueva estructura tendrán un costo de ¢7.000 millones.
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