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Editorial Construir

El mercado costarricense de la construcción continúa avanzando hacia la sostenibilidad

Por: Green Building Council Costa Rica

Lo anterior es también reflejo de varios esfuerzos e iniciativas mundiales en temas de desarrollo sostenible que Costa Rica ha hecho propios a nivel nacional y también con el apoyo de los gobiernos locales, los desarrolladores, los consultores de diseño y construcción, las organizaciones no gubernamentales, así como el público en general.

La realidad es que las cifras de proyectos certificados con sistemas de evaluación tales como EDGE y LEED, muestran un crecimiento importante, según registros que comprenden el periodo de noviembre 2018 a noviembre 2019. Así, en el caso de EDGE, el cambio más significativo se ha dado en el número de proyectos certificados en fase de post-construcción, pues en esa fase se pasó de 10 a 19 tipologías o proyectos certificados. Entre estos proyectos destaca el condominio residencial Nueve 84, el Centro de Convenciones de Costa Rica y los Tribunales de Justicia de Jicaral, todos certificados por el GBCCR en su oportunidad.

En cuanto a proyectos registrados para proceder con certificación, este periodo también muestra un aumento significativo, pasando de 1 a 4 para proyectos tanto públicos como privados, en proceso de lograr esa certificación que fue desarrollada y es mantenida por la International Finance Corporation (IFC), del Banco Mundial y la cual a su vez ha tenido un desarrollo muy interesante en este periodo, al haber introducido dos niveles adicionales de certificación, para promover edificios que aspiren a ser Carbono Neto Cero.  

Para Costa Rica, con los proyectos certificados a este punto, existen 55.805 m2 de área certificada, con ahorros proyectados de 2.521 MW/h anuales en energía, 75.418 m3 anuales en agua, 58.388 GJ en energía incorporada en los materiales y 304 toneladas anuales de CO2 que se evita emitir a la atmósfera. Cabe destacar que, en el contexto centroamericano, Costa Rica continúa liderando ampliamente, pues en la región no hay registro de proyectos certificados en EDGE y también se ve una marcada diferencia en el número de profesionales acreditados que, como se sabe, cumplen el rol de embajadores de este sistema de certificación. Así, mientras en Costa Rica hay 32 Expertos EDGE, en el resto de la región el total combinado apenas asciende a 17.  

En el caso de la certificación LEED el crecimiento en el país también supera a los índices de crecimiento del resto de Centroamérica para el periodo bajo consideración. Para Costa Rica el número de proyectos certificados creció en un 34,4% en relación con el periodo anterior y llegó al total de 68 certificados y 86 registrados, con un crecimiento similar del área certificada del 32,0%, correspondiente a 601.428 m2, lo que contrasta con un crecimiento de 1,9% en el número de proyectos y 2,2% en el área a nivel del resto de países centroamericanos.

Bajo este sistema de evaluación es importante referir los números más hacia lo que corresponde a proyectos certificados en contraste con cifras referenciadas a proyectos “registrados” por cuanto estos últimos reflejan únicamente intención de iniciar un proceso y por lo general, un alto porcentaje no culmina con alguna certificación.  En cuanto a profesionales acreditados, aunque Panamá sigue reportando un mayor número de LEED Green Associates (53 contra 43 de Costa Rica), Costa Rica lidera en cuanto al número de LEED AP (17 en Costa Rica contra 13 en toda la región centroamericana) y LEED AP Specialty (41 contra 28 en toda la región centroamericana). 

Estas estadísticas son de interés porque reflejan el nivel de formación y especialización que han logrado los profesionales costarricenses. En general, al considerar cada país centroamericano por separado; Panamá, Guatemala y El Salvador siguen detentando -en orden descendente- los números de proyectos certificados y profesionales acreditados, así como los mayores índices de crecimiento en el último año, después de Costa Rica.

En cuanto al tipo de proyectos certificados LEED en Costa Rica, destaca en este periodo el Edificio de Oficinas ODM+IST, cuya edificación combina una fórmula de gestión novedosa por parte del Fondo del Banco Nacional y para atender requerimientos del Banco Central de Costa Rica. Este proyecto estuvo a cargo de varios miembros del GBCCR, entre ellos: Daniel Lacayo y Arquitectos, ENEX y Circuito JCI. El proyecto también fue recientemente galardonado con el Premio de “Construcción Sostenible” de la Cámara Costarricense de la Construcción.

 Otros proyectos certificados LEED durante el periodo corresponden al hotel W en Guanacaste, el ya citado Centro de Convenciones de Costa Rica (que así logra ostentar tanto la certificación EDGE como la LEED), el Roble Corporate Center, el Edificio 1 del Belén Business Center y el Centro Nacional de Control de Energía. Tanto para la certificación EDGE, como para LEED, es claro que el 2019 marcó un interés creciente de las instituciones gubernamentales en aplicar estándares de eficiencia y criterios de diseño que promueven proyectos y ciudades social, económica y ambientalmente más equilibradas.

Todos los logros indicados ofrecen, además una excelente plataforma para la implementación del ambicioso “Plan Nacional de Descarbonización” (PND), que lanzó el gobierno de Costa Rica en febrero 2019. En efecto, la “Directiva 050: Guía de Construcción Sostenible en Instituciones de la Administración Pública” de fecha junio 2019 así como los compromisos planteados durante la “Reunión Previa a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático” (o Pre-COP25), en octubre de este año, son manifestaciones contundentes del Estado de Costa Rica para lograr un desarrollo sostenible y dentro de esto, la transformación del sector de la construcción.

Un breve repaso sirve para ilustrar aún mejor este avance. Para lo que se refiere al PND, la meta número 5 reza que para el 2030, todas las “nuevas edificaciones comerciales, residenciales e institucionales se diseñarán y construirán adoptando sistemas de resiliencia y tecnologías bajas en emisiones” e indica que se busca lograr un objetivo similar a fin de que todas las construcciones sean sostenibles para el 2050.

Por su parte, la Directiva 050 tiene como fin ser implementada en todos los procesos constructivos y de operación de edificios públicos atendiendo ese sector que representa un fuerte componente del parque construido en el país. En cuanto al Pre-COP25, vale destacar que el GBCCR es miembro y lidera desde junio 2019 a la fecha, el “Sector de Movilidad y Sostenibilidad Urbana” del “Consejo Consultivo Ciudadano de Cambio Climático” (5C), lo cual permitió organizar siete sesiones del Pre-COP25. Estas sesiones se ejecutaron conjuntamente con el 5C y otras entidades tales como el WRI, UNESCO, ICLEY,la UNGL y el IFAM,  dos de las cuales correspondieron a sesiones paralelas y todas orientadas a mostrar el valor de la transformación hacia la construcción y las ciudades sostenibles, muy especialmente, destacando la importancia de los gobiernos locales en promover este cambio.

Precisamente, parte de las transformaciones que se han dado en este año y de los desafíos que tiene el sector para un futuro cercano, están en la aplicación del programa “Acelerador de Eficiencia en Edificaciones” (BEA), en cuatro municipalidades de la Gran Área Metropolitana (Belén, Curridabat, Moravia y Santa Ana). Este programa es coordinado por el GBCCR por medio de un clúster de ciudades y cuyo fin es promover la aceleración del aspirado y ya mencionado cambio en el sector de la construcción, a través de un proceso consensuado con los diferentes actores y en que los gobiernos locales tengan protagonismo, al aplicar programas piloto y políticas (tales como incentivos y financiamiento, o normas y reglamentos), que motiven la construcción sostenible y la eficiencia en el consumo de recursos.

El GBCCR ya ha realizado talleres específicos en dos de estas municipalidades; coordina un consejo consultivo con representantes de los gobiernos locales y de la empresa privada (por ejemplo, con socios globales del programa BEA tales como Johnson Controls y Schneider Electric); ha ejecutado talleres abiertos con representantes nacionales e internacionales (en el marco del congreso CICS2019 y el Pre-COP25, con presencia internacional del World Green Building Council y el World ResourcesInstitute,) y gestiona el proceso hacia la recolección de información sobre las edificaciones a fin de desarrollar líneas base para diferentes tipos de edificio, a nivel del clúster de ciudades, y que permitiría definir de una mejor manera los incentivos y normas a aplicar a través de BEA.

La evolución natural de este programa es hacia la iniciativa mundial Carbono Neto Cero o en inglés: “Zero Carbon Buildings for All” que promueve el WGBC y que surge para acometer objetivos más ambiciosos en la edificación, dado el enorme desafío que plantea la necesidad de limitar el aumento de la temperatura global a 2°C.

El GBCCR ve también avances y desafíos en otros aspectos. Así, a nivel latinoamericano el estudio “World Green Building Trends 2018” para Centro y Sur América y el Caribe se denota un crecimiento del sector y un cambio progresivo en la percepción acerca de la construcción sostenible, pues el costo inicial va perdiendo relevancia como barrera y de hecho los encuestados en toda la región estiman que un periodo de retorno de inversión de 3 a 5 años es lo más usual, en contraste con los 6 a 10 años percibidos en el contexto mundial. 

Otras barreras, como la dificultad de entender los requerimientos y atender debidamente los procesos de documentación asociados con sistemas de evaluación apuntan más bien a la importancia de la capacitación y acreditación de profesionales que lideren esos procesos de certificación. La necesidad de información fiable y veraz, ofrecida en forma oportuna y amigable para el usuario, en relación con productos y servicios que cumplan con requisitos de normativa técnica y voluntaria es creciente y plantea un desafío al mercado nacional que el GBCCR ha decidido acoger para desarrollar una plataforma en línea que brinde esta información a especificadores, diseñadores y consumidores en general.

En cuanto a los beneficios de la construcción sostenible, cada vez más la sociedad costarricense acepta que los edificios sostenibles tienen un mejor desempeño, ayudan al ahorro en los servicios públicos (como agua y energía), presentan ventajas competitivas en el mercado (especialmente si están certificados) y mejoran la calidad del ambiente interno y la calidad de vida de los usuarios. Ante esta realidad, la cadena de valor de la construcción en Costa Rica responde con el desarrollo de un número creciente de proyectos creados bajo estándares de sostenibilidad, una mayor disponibilidad de profesionales excelentemente preparados, de productos y servicios eficientes y a mejores precios, y con innovaciones que revolucionan, tales como la oferta de opciones de créditos e hipotecas verdes, así como de bonos verdes, siendo ésta una iniciativa recién inaugurada por la Bolsa Nacional de Valores de Costa Rica.

El GBC de Costa Rica continúa entusiasta buscando siempre aliados y alianzas que permitan acelerar la transformación del mercado hacia una edificación de mayor valor agregado, sostenible y responsable.

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