Con un total de 1.803 m2 se desarrolló en Costa Rica una escuela que ha llamado mucho la atención por sus características constructivas, que buscan dignificar a una modesta comunidad agrícola ubicada en medio del bosque tropical húmedo.
Esta obra de fines educativos que lleva como nombre “Escuela Pública Sector Ángeles” se encuentra ubicada en el Sector Ángeles de Peñas Blancas, de San Ramón de Alajuela, en una comunidad agrícola ubicada a solo 15 kilómetros del bosque tropical húmedo de La Fortuna de San Carlos.
“El proyecto es una escuela pública que describen como una colorida estructura bioclimática que intenta dignificar a una modesta comunidad agrícola ubicada en medio del bosque tropical húmedo”, explica el Arq. Jeffrey Panameño , de la firma Norte Sur Arquitectos.
El proceso de diseño comienza con la identificación y caracterización del tipo de usuario, la zona y sus necesidades a resolver. La comunidad se desempeña principalmente en el sector agrícola y el usuario son estudiantes compuesta en un 90% por hijos de familias migrantes, en su mayoría hijos de madres jefas de hogar, por debajo del nivel de pobreza y en situación de vulnerabilidad social.
Ante el contexto antes mencionado, Norte Sur Arquitectos se replantea la imagen de la escuela pública e intenta renovar su presencia como entidad educativa y cultural estatal en la zona, para crear un hito colorido que interrumpe la monotonía del paisaje verde profundo.
“Su objetivo es permitir a los estudiantes, a los padres de familia y al personal docente desarrollar una nueva conexión emocional y una imagen fresca y positiva de su espacio físico con el objetivo de fomentar un sentimiento de orgullo y pertenencia”, indica el Arq. Panameño.
Iniciativas sostenibles
Con el fin de proporcionar un ambiente de aprendizaje confortable en una región tropical cálida y húmeda, donde la temporada de lluvias se extiende hasta 9 meses al año, la escuela consiste en una estructura que incorpora estrategias pasivas de control climático de bajo mantenimiento y bajo consumo energético.
Según dijo el representante de Norte Sur Arquitectos, los materiales y su disposición en la envolvente permiten al edificio respirar y transpirar mediante ventilación natural. Su diseño se planteó desde la integración de sistemas prefabricados y materiales de bajo costo para obtener economía en la construcción y solucionar la escasez de espacio para almacenar los productos que se requirieron durante el proceso constructivo.
“Seleccionamos materiales de bajo mantenimiento para el clima de la zona y que pudiéramos conseguir a futuro sin depender de un inventario, ni ser víctimas de la temporalidad de las tendencias cambiantes del mercado”, menciona el Arq. Panameño.
Un impacto positivo
En el plano social comunitario, esta obra además del uso educativo, está siendo solicitada para actividades comunales y familiares, lo cual significa recursos frescos a la institución para invertirlos en el desarrollo integral de sus alumnos.
Otro impacto significativo según testimonios del cuerpo docente, es la disminución en la deserción escolar y sobre todo el ascenso en la matrícula al centro educativo.
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