Más de 1,225,000 kilómetros en actividades de entrega de concreto fueron recorridos por la flota de automotores de Holcim en 2018, entre actividades de la división de concretos, traslado de personal, servicios asociados, entre otras.
Estos desplazamientos constituyen un riesgo, dado que las estadísticas indican que en el país, los accidentes de tránsito van en aumento año con año. Es por ello, y en armonía con el objetivo primordial de Holcim de “cero daños a las personas”, que la empresa tomó la iniciativa de certificarse bajo la norma ISO 39001:2012, Sistema de Gestión de la Seguridad Vial.
La ISO39001 es una norma internacional que especifica los requisitos de un sistema de gestión de la seguridad vial con el fin de ayudar a organizaciones que interactúen con el sistema vial, reducir el número de muertes y heridas graves derivados de accidentes de tránsito.Con esta certificación, Holcim se convierte en un pionero en el país al llevar la seguridad vial a un nivel superior, regulado por una entidad certificadora.
“En el proceso de obtención de la certificación se establecieron procedimientos para asegurar mantenimientos preventivos, correctivos y predictivos de nuestros equipos de forma regular, monitoreamos las calles y carreteras por donde transitamos para evaluar las rutas que impliquen menos riesgo”, explicó Carlos Coreas, Coordinador de Distribución de Holcim Concretos.
Los requisitos de la norma incluyen el desarrollo y aplicación de una política de seguridad vial adecuada, objetivos y planes de acción que contemplen los requisitos legales y de otro tipo, así como información sobre elementos y criterios relacionados con seguridad vial que cada organización identifique como controlables y ajustables.
También los conductores fueron capacitados y evaluados en cabina con el fin de comprobar sus competencias frente al volante, inversión en dispositivos de seguridad y control de fatiga de colaboradores.
La certificación otorgada a Holcim abarca a sus tres plantas principales de concreto, ubicadas en San Andrés, Santa Tecla y San Miguel, pero va más allá de la propia empresa, al revisar la gestión de contratistas que se sometieron a rigurosas auditorías para asegurarse de cumplir con las exigencias de la normativa.
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