Por: Gastón Oppel
El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos. La Resolución exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, a proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos.
De acuerdo con datos del informe “La importancia de las aguas subterráneas en la gestión integrada de los recursos hídricos” realizado por el Centro de Formación de la Cooperación Española en América Latina y el Caribe en 2017, Belice y Panamá ocupan los dos primeros puestos en cuanto a disponibilidad del recurso hídrico; mientras que México y El Salvador son los que tienen menor número de litros de agua per cápita. Guatemala se encuentra entre los cinco países con menor disponibilidad del recurso hídrico.
Las aguas subterráneas representan menos de un 1% de las masas de agua dulce a lo largo y a lo ancho del planeta y se alojan en acuíferos bajo la superficie de la tierra. Al tratarse de agua potable, para muchos países significa una fuente de recursos muy valiosa. Sin embargo, la extracción de esta necesita de una gestión responsable y sostenible.
La maquinaria de Perfora en acción.
En este sentido, Werner Valiente, gerente general de Perfora, comenta que “en el principio de la sostenibilidad se encuentra la responsabilidad de que los pozos de agua se operen eficientemente en base a un mantenimiento preventivo programado, así como la medición y archivo de parámetros operacionales importantes como lo es el caudal, nivel dinámico, entre otros. Además, es importante tomar en cuenta la disponibilidad de recursos financieros para el óptimo aprovechamiento del agua subterránea, a corto y largo plazo”.
Para el gerente general de Perfora, la construcción planificada de un pozo mecánico forma parte de ser sostenible, ya que permite:
Realizar un trabajo profesional, de preferencia en base a un estudio hidrológico que proporcione datos como la capacidad del acuífero, profundidad y diámetro del pozo, en base al requerimiento del proyecto.
Evitar incidentes y contaminación del ambiente.
Ahorro de costos.
Mayor eficiencia en la captación de agua subterránea.
“Trabajar de una forma sostenible es parte de realizar proyectos exitosos. Para nosotros, capacitar al talento humano con las bases técnicas, con una conciencia ambiental y utilizar materiales no contaminantes es una prioridad”, enfatizó Valiente.
Para finalizar, el gerente general de Perfora, Werner Valiente, detalló los beneficios de un pozo mecánico para el abastecimiento de agua potable:
Usualmente proporciona agua de mejor calidad que el agua superficial para mejorar la calidad de vida de la población.
Normalmente el agua subterránea requiere un mínimo tratamiento posterior a su bombeo, lo que proporciona un ahorro a largo plazo.
Acceso a un almacenamiento de agua de muy buena calidad y de volumen considerable, que de haber estado en la superficie, posiblemente se habría evaporado o contaminado. En este sentido, el agua se encuentra libre de bacterias.
Ahorro en espacio útil, que con el uso de un equipo de bombeo apropiado, extrae el agua del pozo; sin embargo, la perforación debe de ser adecuada y responsable, para evitar la contaminación de los acuíferos y con ello prevenir la contaminación del agua de toda una ciudad.
Abastecimiento de agua durante la época seca; se dispondrá de este recurso siempre y cuando se realice un uso sostenible y consciente, sin llegar a una sobreexplotación del acuífero.
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