Sergio Zúñiga Ruiz
Durante el siglo XIX, cuando en Costa Rica se dio la extensión de los cultivos de café, la carreta tradicional funcionó como la maquinaria clave para el transporte humano, sobre todo para el sector cafetalero en el traslado de sus granos y los insumos necesarios para la actividad.
Al siglo siguiente, la carreta típica costarricense es nombrada símbolo nacional del trabajo, porque además de su aporte a la economía cafetalera costarricense es la única en el mundo en que sus partes -especialmente sus ruedas-, son pintadas por artesanos con colores vistosos en formas geométricas alrededor de la circunferencia de sus ruedas.
Ya en el siglo XXI, con una economía enfocada en la tecnología y una imagen respetuosa del medio ambiente, Costa Rica inaugura su primer centro de convenciones con un diseño único lleno de símbolos de su historia, geografía, naturaleza y arte, donde no se quedó sin rescatar el emblema de la carreta típica costarricense en sus casi 2.900 metros cuadrados de piso principal.
Superficie que invita a recorrer
Una vez dentro del Centro de Convenciones, desde su entrada principal, el visitante se encuentra de frente con una escultura del artista costarricense Jorge Jiménez Deredia, ahí mismo si mira la superficie alrededor de la obra, nacen figuras geométricas que reinterpretan la forma de la rueda de la carreta tradicional.
Este símbolo está presente en el piso principal desde la entrada del edificio en su vestíbulo y se extiende por sus principales pasillos hasta descomponerse en formas orgánicas facilitando el flujo de los visitantes por el recinto.
“Quisimos envolver a las personas con la naturaleza, una vez que las personas están dentro tuvimos que pensar en cómo dirigirlas a través del recinto, continuando con el tema de las historias, y de ahí viene la reinterpretación de la carreta”, comentó el arquitecto Samuel Bermúdez, Gerente General de Gensler Costa Rica.
La idea y ejecución del diseño estuvo a cargo de los diseñadores de la firma internacional Gensler, empresa que diseñó el conjunto arquitectónico en su totalidad, basados en una primera propuesta del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y la ejecución del piso por la empresa CRM S.A., especialista en pisos de terrazo.
El piso elaborado con la técnica de terrazo colado en sitio de la marca AQuaLit de CRM S.A. fue materializado a través de su instalación a cargo de esta empresa costarricense, de larga experiencia en el país.
“Utilizamos el piso, que es muy grande e importante en el diseño, para dirigir a la gente de forma sutil y además tener un elemento no solo estético sino que fuera funcional. Entonces se decide la escultura de Jiménez Deredia como elemento icónico en el centro del vestíbulo y que a partir de ahí se genere una reinterpretación del patrón de la carreta tradicional que se va expandiendo”, indicó Bermúdez.
El material y la técnica perfecta
Cuando las olas revientan a la orilla de una playa dejan una capa de brillo que refleja el cielo y que dura solo unos segundos hasta que los granos de la arena blanca absorben el líquido a la espera de la siguiente ola que cause el mismo efecto.
Esta sensación está presente en el acabado brillante del piso elaborado por CRM S.A. el cual con una avanzada técnica de pulido logra que el brillo sea generado por millones de chips de mármol que se encuentran en la superficie del terrazo y tratados con materiales especiales amigables con el medio ambiente.
Sus colores nacen de una mezcla de óxidos de hierro y piedras naturales, lo cual permite una armonía que hace que el piso no compita con los demás símbolos y acabados del proyecto. Para lograr esto fueron necesarias cientos de pruebas de color realizadas en el departamento de diseño de CRM S.A., por técnicos y profesionales hasta lograr llegar a la paleta de color buscada por los diseñadores.
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“Hemos trabajado anteriormente en muchos proyectos con CRM S.A. y conocemos su gran capacidad técnica, de ahí que hicimos la recomendación al ICT y a la empresa constructora EDICA LTD. En un principio estuvimos preocupados por lo complejo del diseño, nunca habíamos realizado uno igual, ni existe nada así en el país, pero siempre confiamos en la gran experiencia y conocimiento de esta empresa quienes tomaron el proyecto como suyo. Eran muchas variables y aun con ello, fue resuelto de forma exitosa”, relató el arquitecto Bermúdez.
Una tarea muy delicada
Adrián Zamora, Gerente General de CRM, estuvo pendiente de cada detalle en la ejecución de este piso junto con instaladores calificados de su empresa, los cuales lograron hacer una realidad el diseño y cumplir en tiempo récord según lo esperado.
“El terrazo AQuaLit de CRM S.A. rescata las viejas técnicas de los mosaicos y permite al diseñador jugar con una gran variedad de formas y colores en gran escala, insertando esta tradición en la arquitectura moderna con gran éxito estético y técnico”, comentó Zamora.
Para el arquitecto auditor del Centro Nacional de Convenciones, Luis Lemus, la obra es tan innovadora que sin duda alguna el piso principal del recinto quedará en la prosperidad como una de las superficies más importantes en el territorio nacional, con alto valor simbólico y técnico de la cual se pueden sentir orgullosos todos los costarricenses.
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