La pregunta “Compra o alquiler, ¿qué es lo más conveniente?” En realidad no tiene una sola respuesta, pues cada caso tiene una resolución particular. Sin embargo, hay que tomar en cuenta varios factores que determinan cuál es el derrotero más apropiado para cada cliente.
En particular, influye mucho el tamaño de la obra, la constancia de estas, y el tipo de trabajo que suele realizar el equipo. También es importante cuestionar si se trata de un contratista con un grupo de trabajo reducido o de una constructora con toda una plantilla de jerarquía compleja.
Estos son los principales detalles a considerar:
1-Duración del proyecto: No es lo mismo adquirir una maquinaria para un tiempo indefinido, en cuyo caso valdrá la pena proyectar con especialistas del área la duración aproximada, que alquilar un equipo para una sola tarea concreta.
De cualquier forma, cada proyecto aun siendo de larga duración, puede requerir máquinas de uso continuo durante todo el desarrollo del mismo, mientras que necesite de una máquina específica para una actividad a corto plazo. En el primer caso, valdría la pena adquirir el equipo; en el segundo, con el alquiler por breves períodos bastará.
2-Giro de quien lo utiliza: Si el negocio es la construcción propiamente, es probable que la empresa o el grupo de trabajo tengan bien claro cuáles son las herramientas imprescindibles para llevar a cabo las labores, desde las más sencillas hasta las más ambiciosas.
Lo mismo ocurrirá en cada labor concreta. Una excavadora, por ejemplo, sirve igual para múltiples propósitos constructivos como de desarrollo en granjas, pero quizá sea poco necesaria para quienes se dedican al traslado de materiales. Sin embargo, si el giro roza ocasionalmente con otro y es, por ejemplo, principalmente de traslado de materiales, de equipo en zonas rurales, de tratamiento agrícola o de carga y descarga (sin traslado), cada empresa o contratista deberá determinar qué maquinaria vale la pena adquirir y cuál alquilar.
Esto es clave porque incluso siendo una empresa de traslado no necesariamente podrá prescindir de una excavadora si su negocio requiere de arrastrar o extraer materiales del suelo o de obras en demolición.
3-Tamaño de la máquina: El tamaño es muy importante. Si la empresa que va a adquirir el equipo no cuenta con una bodega o una forma de trabajo consistente que le permite movilizar fácilmente las máquinas, quizá sea más conveniente alquilar el equipo con profesionales que realicen el traslado para contar siempre con el equipo en el lugar de trabajo. Por el contrario, si se necesita un equipo grande constantemente y se piensa alquilar, esto traerá consecuencias económicas devastadoras para cualquier giro que use maquinaria pesada.
4-Implementos: El uso de implementos es básico para alquilar o comprar un equipo. Si los miembros de una empresa requieren de equipo multiusos, será mejor contratar máquinas con las herramientas incluidas para labores específicas, pues el desgaste que sufren en el cambio afecta notoriamente su vida útil. Si se piensa adquirir equipo con implementos del fabricante incluidos, hay que considerar que la inversión, que inevitablemente será mayor, sea en definitiva conveniente a largo plazo para el negocio.
5-Previsión: La inversión en maquinaria pesada implica un gasto muy grande cuyos beneficios se verán a largo plazo. Es por eso que es muy importante prever las necesidades de cada proyecto, pero también las posibilidades de desarrollo empresarial de cada negocio. Un grupo de trabajo o una empresa con pocos proyectos de determinada especie podrá requerir de un equipo ocasionalmente, pero un negocio que lleve mucho tiempo en el área y proyecte trabajo por años deberá contar con equipo propio.
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También es importante tomar en cuenta los tiempos de salida de los bienes adquiridos, así como el desarrollo de las tecnologías que implica. Si conlleva tecnologías que están en constante actualización o algunas cuya evolución se aproxime, será conveniente alquilar el equipo y esperar un mejor momento para adquirirlas en un punto clave de desarrollo tecnológico, para así aprovechar mejor el retorno de la inversión en los años por venir con la tecnología de punta y no con una que va quedando obsoleta.
6-Normatividad: Por último, no hay que olvidar la normatividad. Los objetivos de las Naciones Unidas hacia un “mundo mejor” implica, entre otras cosas, el uso de combustibles de mejor calidad para crear un aire más limpio, a la vez de estimular el uso de nuevas tecnologías que faciliten el trabajo, optimicen el uso de recursos tanto humanos como materiales, y que a la vez permitan un uso sustentable de los materiales con que se construyen.
En cada país hay normas específicas que deberá considerar la empresa o el contratista antes de adquirir un equipo nuevo. Quizá, en muchos casos donde las empresas tienen proyectos a nivel internacional será más factible alquilar el equipo en cada lugar donde se trabaje, y así se podrá evitar cumplir en cada nuevo proyecto las necesidades de complementar con nuevas adquisiciones el equipo propio para no infringir leyes o normativas existentes en cada región
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