Actualmente más de un 54% de la población mundial vive en las ciudades, esperándose que se llegue a un 66% de la población para el 2050.
Por: Malka Mekler malka.mekler@connectab2b.com
A pesar de que el término smart city no es algo novedoso, ha tomado un gran auge en los últimos años y con la nueva normalidad podrían convertirse en el modelo y ejemplo de urbanismo eficiente.
La pandemia ocasionada por el covid-19 trajo consigo diversos retos, especialmente en el espacio urbano, donde la carencia de espacio es el común denominador de las ciudades densas, con millones de viajes y movimientos. Ante esta nueva realidad donde la salud pública y los controles epidemiológicos son fundamentales para la dinámica urbana, nos encontramos todos en la búsqueda y gestión de esos metros de más, para seguir con nuestras actividades.
Las nuevas necesidades que tienen tanto las personas como las ciudades son las que deben definir el camino, donde busquemos el equilibrio entre la salud y la comodidad a largo plazo. Ronny Rodríguez, gerente de Desarrollo, Garnier & Garnier, explicó que como organización desarrollan proyectos respetuosos con el medio ambiente y el entorno en el que se encuentran ubicados, disponen de sistemas de iluminación eficientes, espacios con ventilación natural y priorizamos contribuir a la economía local consumiendo productos y servicios de la zona. En todos los proyectos que desarrollan brindan soluciones integrales que les permita operar en el actual escenario mundial, enfocándonos en el bienestar del usuario final del desarrollo inmobiliario.
“Para incentivar el cambio en la dirección correcta, maximizando las inversiones públicas, es donde se definan los criterios y prioridades de la dirección que debe tomar el desarrollo”, explicó Rodríguez.
Por su parte, el Arq. Ramón Pendones de Pedro, vicepresidente de OPB Arquitectos, indicó que la región está un tanto desfasada en cuanto a tendencias urbanísticas actuales.
“Tal vez solo Ciudad de Panamá se salva de esta sentencia. Y en el caso particular de Costa Rica, nuestras autoridades y tecnócratas siguen apostando a viejas soluciones de desarrollo urbano obsoletas y caducas, basadas en el paradigma de la movilidad a partir del abuso automóvil particular que sustenta y fomenta a su vez, la expansión urbana desenfrenada -Urban Sprawl- y en el concepto equívoco de la ciudad segregada”, manifestó el experto.
En el caso de Ciudad de Panamá, dijo que se ha denotado un interés claro en encauzar su desarrollo urbano hacia la creación de una ciudad más humana e incluyente, replanteando su concepto de movilidad de forma integral y también en el diseño de sus espacios públicos.
Tendencias aplicables a la región metropolitana
La región se ha manifestado mucho más tarde e incompletamente en los aspectos de urbanización, optando por procesos de maquillaje de la realidad. Esteban Cervantes Jiménez, asesor técnico del GBCCR, comentó que esa evolución se ha dado hacia la consideración central de los criterios de desarrollo urbano sostenible, ante los grandes desafíos que tiene la humanidad. En ese sentido, es esencial recordar que, actualmente más de un 54% de la población mundial vive en las ciudades, esperándose que se llegue a un 66% de la población para el 2050.
Si bien las ciudades representan solo el 3% de la superficie emergida mundial, consumen actualmente entre el 60% y 80% de la energía, generan el 75% de las emisiones de GEI y, dado que se espera que la creciente población urbana demande recursos de manera creciente, requerirá la satisfacción de sus necesidades de transporte, vivienda, etc. y generará grandes cantidades de residuos, que verterá sobre los frágiles ecosistemas existentes, dados los patrones de consumo insostenibles que existen.
El experto de Garnier & Garnier, destacó que ciudades como París, Melbourne, Detroit, Portland, Oregón y Ottawa están siguiendo el concepto de la “Ciudad de 15 minutos” (una urbe en la que vivienda, trabajo y servicios están a un radio de 15 minutos de las personas). “Tener todos estos servicios y la capacidad de navegar por ellos a pie o por medios alternativos de transporte, crea enormes implicaciones no solo para la forma en que nos movemos, sino también para dónde vivimos y cómo vivimos. El concepto de ciudades de 15 minutos nos da una oportunidad muy real de cambiar la forma en que están estructuradas nuestras ciudades.”, resaltó.
Asimismo, el Arq. Pendones destaca que la metodología necesaria en nuestras urbes para pasar de un modelo de desarrollo urbano “carro centrista” a otro más amigable y orientado hacia las personas, es el Desarrollo Urbano Orientado al Transporte (DUOT o DOT) con un sistema de transporte público multimodal.
Equidad territorial e integración social en las nuevas ciudades
Para el experto de Garnier & Garnier estos aspectos serán fundamentales, ya que los nuevos desarrollos deben llegar a integrarse y sumar no solo para ellos mismos sino para el ecosistema donde opera, generando valor para sus usuarios directos y para todos aquellos que afecte indirectamente también.
“Retos que hemos enfrentado como sociedad, tales como el covid-19 nos han enseñado la importancia de la colaboración a la hora de buscar obtener mejores resultados en lo que hagamos, por lo que las ciudades del futuro tienen que invitar a sus ciudadanos a colaborar en función a crear mejores y más resilientes urbes. De igual forma, en espacios con alta densidad dicha interacción es imperativa si se busca el éxito de iniciativas como la ciudad de los 15 minutos o propuestas como la de Luxemburgo de hacer todo transporte público gratuito”, explicó Rodríguez.
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Agregó que como sociedad es importante promover un mejor futuro para las nuevas generaciones, donde se define a las ciudades como espacios inteligentes, saludables y sostenibles. “Justamente una ciudad compacta y mixta se basa y se fortalece a su vez, en el concepto de equidad territorial e integración social en el tanto que se logre dicha justicia social, en el espacio urbano construido”, indicó el Arq. Pendones.
Asegurarle a las personas de una ciudad o comunidad el acceso a los servicios públicos, al empleo, a la salud, a la educación y las diversas oportunidades y ventajas de la vida en sociedad, por medio de una infraestructura orientada al transporte y equipamiento urbano enfocado hacia las personas es necesario para mejorar las condiciones y estilo de vida de los habitantes. Dichas ciudades buscan generar empatía y solidaridad entre los diferentes pobladores de un residencial, tal como ya lo ha hecho Brasil en sus programas de inclusión social y vivienda.
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