Por Lesly Gantenbein, Experta en Property & Facility Management.
Hace 13 años, bajo el seudónimo de ¨Satoshi Nakamoto¨, una persona cuya identidad real aún sigue en discusión, crea y genera la primera moneda digital o criptomonedas, generando una auténtica revolución en la forma de comercializar en diversos sectores y dando paso a una economía escalable en tiempos reales.
Para el año 2009 nace la criptomoneda Bitcoin, creándose un proceso conocido como “minería de bitcoin” bajo el código abierto (open source).
El Bitcoin es una moneda digital que opera de manera descentralizada, es decir, sin ningún control central o la supervisión de bancos o gobiernos. En su lugar, se basa en software y criptografía peer-to-peer. (redes de pares). La forma de aplicación es sobre una base de datos descentralizada o Blockchain (conjunto de bloques) o registros contables compartidos, para el control de las transacciones realizadas.
Las terminologías o conceptos principales aplicadas a este sistema de moneda digital, son:
Bitcoins (con B mayúscula): describe el concepto de bitcoin, la red y el protocolo de comunicación que mantienen para realizar transacciones económicas/monetarias.
bitcoin (con b minúscula): es la unidad de la criptomoneda.
Minería (de criptomonedas): es el proceso por el que se resuelven los complejos problemas matemáticos que se necesitan para validar transacciones y emitir nuevas monedas.
Minero (de criptomonedas): puede ser la persona que practica la “minería de criptomonedas”, pero también el equipo específico de máquinas necesario para esta labor.
BlockChain (Cadena de Bloques): es un conjunto de tecnologías que permiten llevar un registro seguro, descentralizado, sincronizado y distribuido de las operaciones digitales, sin necesidad de la intermediación de terceros.
¨Es importante recordar que el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático (2016) insiste en la necesidad de llevar a cabo el desarrollo y la transferencia para mejorar la resiliencia al cambio climático y promover la reducción de gases de efecto invernadero¨
El bitcoin rompe esquemas y entra con fuerza al ámbito financiero. Hoy, países desarrollados como Alemania y Australia, y, por primera vez; El Salvador, lo usan en las transacciones de compra y venta.
De acuerdo con datos del portal de estadísticas alemán Statista, para el 2021 el Bitcoin llevaba la cabeza, en cuanto al uso de las criptomonedas se refiere, pese a que en la actualidad se considera que hay más de 8,400 denominaciones en el mercado digital
Dentro del sector del Real Estate (Bienes Inmobiliarios), actualmente es una práctica común la adquisición de propiedades bajo este modelo de compra-venta. De hecho, en México y Colombia cuentan con un modelo tecnológico de vanguardia que ha impulsado este sistema, siendo los primeros en Latinoamérica que hacen uso de la tecnología BlockChain anidado a un procesador específico, haciendo que las transacciones sean inmediatas y en tiempo real.
¨El Acuerdo Cripto Climático (Crypto Climate Accord) tiene como objetivo la priorización del uso de energía 100% renovable
Según un artículo publicado en mayo de 2021 por la periodista Mónica Mena Roa, del portal Statista, sobre el consumo energético basado en la Universidad de Cambridge, bajo el criterio de Bitcoin Electricity Consumption Index, el Bitcoin consume aproximadamente 143 teravatios por hora (TWh) de electricidad al año, más que muchos países y alrededor del 0,65% del consumo mundial de electricidad.
Si llegáramos a considerar al Bitcoin como un país, se estima que consumiría más electricidad anual que Finlandia, debido al funcionamiento de miles de ordenadores que operan a toda marcha para la producción y registro de bitcoin.
En este contexto, el Acuerdo Cripto Climático (Crypto Climate Accord), se lanza con el objetivo de apoyar a la industria de criptomonedas, estimulando así el uso de la energía de manera 100% renovable.
Este criterio fue aplicado bajo los lineamientos del Acuerdo de París, el cual nos habla sobre la visión de llevar a cabo el desarrollo y la transferencia para mejorar la resiliencia al cambio climático y la reducción de gases de efecto invernadero. Todo esto, bajo el marco de referencia del ámbito de Mecanismo Tecnológico, contando con el apoyo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), de 1992.
El equipo de Energy Web, Rocky Mountain Institute (RMI) y Alliance for Innovative Regulation (AIR), con el apoyo de más empresas comprometidas y expertos en los sectores de criptografía y finanzas, tecnología, ONG’s y energía y clima, fueron los fundadores de este convenio en favor de ser 100% renovables, teniendo por nombre el ¨Acuerdo Cripto Climático (Crypto Climate Accord).
¨Si llegáramos a considerar al Bitcoin como un país, se estima que consumiría más
electricidad anual que Finlandia¨
Al hablar de la necesidad de contar con un acuerdo como el mencionado, este grupo de expertos señala que son grandes los beneficios, tanto para nuestro planeta como para la economía global, eliminando así las ¨potentes cargas eléctricas¨ y generando un crecimiento tangible, en donde estarían sumándose clientes con visión abierta al uso adecuado de la energía, haciendo de esta más sostenible y escalable.
Todo esto ha servido, por ejemplo, como marco de coordinación para descarbonizar los diversos aspectos de la industria, teniendo tres objetivos de alto nivel, cuya implementación tendría que estar validada y en movimiento antes de la Conferencia sobre el clima COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), en noviembre de 2021.
¿Cuáles son esos objetivos?
Permitir que todas las cadenas de bloques del mundo funcionen con 100% de energías renovables para la Conferencia de la COP de la CMNUCC de 2025.
Desarrollar un estándar de contabilidad de código abierto para medir las emisiones de la industria de las criptomonedas.
Lograr emisiones netas cero para toda la industria de la criptografía, incluidas todas las operaciones comerciales más allá de las cadenas de bloques y la eliminación de emisiones históricas, para 2040.
Al momento de escribir este artículo y usando como fuente la información publicada en el site https://ccaf.io/cbeci/index, observamos que el consumo oscila en 132.48 teravatios por hora (TWh), lo que, efectivamente, da como resultado una baja en el consumo energético.
¡Nuestro trabajo vale!
Lesly Gantenbein
Experta en Property & Facility Management