top of page

La torre impresa en 3D más alta del mundo se inaugurará en junio 2024

  • La futurista Torre Blanca de Mulegns mide 30 metros de altura, con cinco niveles, cada vez más luminosos y ventilados a medida que se asciende por la escalera de caracol, hasta llegar a la cúpula de la sala de espectáculos.



En las proyecciones digitales, la Torre Blanca de Mulegns parece sacada de una película de ciencia ficción. Rodeada por los picos nevados de los Alpes suizos, la tenue edificación de marfil se eleva desde un valle como un árbol milenario. Su estructura es lo bastante fuerte como para resistir los fríos inviernos y los fuertes vientos que caracterizan el puerto de montaña.


El proyecto "Tor Alva" comenzó hace tres años como una iniciativa para revitalizar los pueblos en declive del paso de Julier, que antaño fue un importante punto de tránsito entre el norte y el sur de Europa. La población de Mulegns, el pueblo donde se va a instalar la torre, ha caído en picado desde que su actividad alcanzó su punto álgido a mediados del siglo XIX. Hoy sólo viven allí unas 16 personas, y muchos edificios están abandonados y vacíos. Nova Fundaziun Origen, la fundación cultural de la región, propuso que una maravilla arquitectónica como Tor Alva podría ser el secreto del renacimiento de la zona, inspirando a la gente a visitarla, asistir a una representación e incluso pasar un par de noches.


Tor Alva, una proeza de la construcción moderna, es el resultado de años de trabajo y colaboración de docenas de ingenieros, especialistas en materiales e investigadores. La torre está hecha de hormigón impreso en 3D mediante un proceso de extrusión pionero en el Departamento de Tecnología de la Construcción (DBT) de la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich.



Fue diseñada por los arquitectos Michael Hansmeyer y Benjamin Dillenburger, ambos pioneros del diseño computacional y la fabricación digital. Aunque la impresión 3D de hormigón existe desde hace años, esta es la primera vez que el proceso ha sido capaz de integrar barras de refuerzo, o varillas de acero, dando a la estructura la estabilidad necesaria para mantenerse en pie, según Hansmeyer.


El edificio está formado por 32 columnas prefabricadas, que pueden imprimirse y montarse fácilmente in situ. Tiene cinco niveles, cada vez más luminosos y ventilados a medida que se asciende por la escalera de caracol, hasta llegar a la cúpula de la sala de espectáculos.



La sala de espectáculos tiene capacidad para 45 personas y ofrece una vista panorámica de las montañas circundantes. La fachada de la torre tendrá una membrana translúcida desmontable para proteger a los visitantes del frío invierno. A principios de febrero comenzó el proceso de impresión de las ocho primeras columnas, que formarán la planta baja del edificio. En total, se tardarán 900 horas en imprimir en 3D todos los elementos.



Esta nueva forma de construir conlleva una serie de nuevas libertades en cuanto al diseño, así como retos únicos para la integridad estructural. Según Hansmeyer, la forma de Tor Alva, con sus columnas ramificadas y su superficie ondulada, nunca podría haberse realizado con los métodos de construcción tradicionales. "En los últimos 100 años, la arquitectura se ha centrado mucho en formas estandarizadas, que normalmente se han tensado en ángulos de 90 grados, superficies que no están articuladas, sino que son más bien planas. Utilizando esta técnica de impresión 3D, podemos reintroducir un ornamento o curvaturas no estándar sin ningún coste, porque al robot no le importa realmente si imprime una línea recta o una ornamentada", explica Hansmeyer.



Cada columna de la torre será única, con su propia estructura superficial y una capa ornamental que actuará como una huella dactilar. En cierto modo, dice Hansmeyer, la tecnología moderna puede devolver un cierto aspecto artesanal a la construcción, que ha estado ausente en la mayoría de las construcciones contemporáneas. "Es casi como retroceder en el tiempo antes de la industrialización, la producción en serie y la cadena de montaje, a una época en la que la producción era más artesanal", afirma.


Hansmeyer añadió que el diseño también se basó en limitaciones técnicas. La torre se

diseñó inicialmente con columnas verticales, que se cambiaron por las actuales en forma de Y después de que los investigadores descubrieran que podían soportar mejor las cargas provocadas por los vientos y las actividades.

Una forma más ecológica de construir


Otra ventaja de imprimir hormigón en 3D es que las estructuras tienen un menor impacto ambiental, según Hansmeyer. Tradicionalmente, la construcción de estructuras de hormigón requiere encofrados, o marcos que se utilizan para dar forma al hormigón vertido. Las estructuras de hormigón también se han hecho con bloques sólidos o columnas, una limitación técnica que mantiene la solidez estructural del edificio.



Pero la impresión 3D ofrece una alternativa única y más minimalista: ya no es necesario el encofrado, lo que ahorra en materiales, y la cantidad de hormigón necesaria para construir una estructura sólida se reduce porque los robots que intervienen en la impresión 3D pueden imprimir sólo la cubierta exterior del edificio.


"Esta torre está construida de forma modular, y todo está atornillado. Así que podemos desatornillar las distintas piezas y podemos desmontar la torre para darle un segundo uso o una segunda vida, ya sea como torre en otro lugar, o para que los componentes formen parte de otro proyecto en el futuro", explica Hansmeyer.

bottom of page