Después de 16 años de la última intervención arquitectónica, el Museo del Oro Precolombino de Costa Rica abrió sus puertas con una nueva imagen, la cual estuvo a cargo de los Museos del Banco Central de Costa Rica.
El Museo pasó por una revisión profunda de sus investigaciones arqueológicas y planteó la urgencia de actualizar los contenidos museográficos para presentar un guión nuevo, que pudiera contar con precisión todos los hallazgos desde las últimas dos décadas.
Esta recuperación de la historia implicó todo un replanteamiento del espacio físico así como un nuevo diseño de experiencia que revisara los contenidos, la iluminación, los vínculos con el edificio original que alberga al Museo. El proyecto demandó que se conformara un equipo multidisciplinario entre arquitectos del Banco Central, todos los departamentos del Museo, en especial los de Museografía, diseño, arqueología, educación y comunicación.
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Algunos de los planteamientos que los visitantes van a experimentar tiene que ver con una nueva lógica en la experiencia del recorrido. Por tratarse de un edificio subterráneo de tres pisos, en el que el Museo de Oro Precolombino se ubica entre el tercero y segundo subnivel, los arquitectos de Gensler diseñaron que la entrada principal fuera en el tercero, de manera que hubiera que profundizar en la fisionomía de todo el edificio,
“De lo más valioso durante el proceso de diseño fue sin duda el trabajo en equipo interdisciplinario y el conjunto de ideas y soluciones puestas en práctica para lograr un espacio que generara una conexión directa con las piezas de oro, los grupos indígenas y la obra arquitectónica, en función de la experiencia del visitante y su diálogo e interacción con los diversos contenidos”, explicó Federico Montero, Arquitecto Gensler.
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