Las Supermanzanas han permitido liberar 70% del espacio de las ciudades para destinarlo al uso público, sacrificando menos del 15% del tránsito de vehicular.
Recientemente se presentó el documental “Cambiarlo todo sin cambiar nada”, el cual expone el impacto que tienen los pequeños cambios para mejorar las ciudades como una apuesta colectiva donde el espacio público se convierta en el elemento principal.
Dicho documental esta basado en un concepto del reconocido ecólogo urbano español Salvador Rueda, quien resalta una regeneración urbana eficiente en el uso de recursos naturales y que no excluya a nadie. Este concepto destaca las Supermanzanas como una solución ante el creciente desorden de las ciudades.
“Se trata de una solución holística e integral que aborda temas desde la contaminación a la movilidad urbana y la regeneración natural de las ciudades. La Supermanzana es uno de los instrumentos clave para poder transformar las ciudades y las tendencias que hoy se generan, para hacer de estas ciudades ecosistemas más sostenibles en el tiempo”, explicó Salvador Rueda.
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Esta iniciativa fue presentada por ÖMINA Foundation, tiene como objetivo dar a conocer nuevas formas para el desarrollo de entornos más sostenibles y resilientes.
“Buscamos crear consciencia sobre cómo podemos mejorar las ciudades donde vivimos. El ciudadano común cree que la ciudad es un animal enorme y complejo, y no sabemos cómo hacerle frente, y me parece que el ejemplo de lo que Salvador ha hecho en Barcelona y otras ciudades al rededor del mundo nos da una solución”, añadió Marlo Trejos, director de ÖMINA Foundation.
Por su parte, Rueda considera que las ciudades sin espacio público son desiertos urbanos y su apuesta de Supermanzanas permite devolverle al ciudadano ese espacio que, en primer lugar, nunca debió perder. El uso expansivo y abusivo de la movilidad vehicular ha desplazado el lugar del espacio público de las ciudades, ha fomentado el individualismo y la generación de suburbios, que acompañan esa idea de individualidad.
El documental desafía las nuevas tendencias de producir una ciudad para lograr modelos urbanos compactos, complejos en su organización, mixtos en usos, biodiversos, eficientes en el uso de recursos naturales y cohesionado socialmente. Dichos modelos urbanos devuelven a la población el espacio público y, por ende, los hacen ciudadanos.
“La viabilidad que tiene San José para poder ser más ciudad y menos suburbio, tiene que empezar, naturalmente, por una propuesta de Plan de Regulación, Plan Urbanístico, que permita trabajar hacia un modelo urbano basado en la compacidad y en mixticidad de usos. En cualquier caso, el suburbio, yo creo, que tiene poco futuro, puesto que cada vez va a ser más restrictivo el hecho de vivir lejos de los lugares en donde se trabaja. La energía, los impactos ambientales que eso representa, nos obligan a cambiar de escenario, para volver a reconstruir las ciudades” añadió el ecólogo Salvador Rueda.