Por Breyton Campos
En la ciudad de Dakar, Senegal, se presenta una gigantesca estructura que aspira a funcionar como un icono arquitectónico que basa su inspiración en el baobab, símbolo de ese país africano. Entre las características de la Torre de la Vida, su color de terracota evoca las sencillas construcciones de barro de la región y la tonalidad de sus paisajes, mientras atesora también las tecnologías del mañana.
Por su parte, la arquitectura biomimética se trata de una disciplina que emula y replica principios y comportamientos del mundo natural, aplicándolos a soluciones tecnológicas; de esta manera, un edificio basado en las premisas de la arquitectura biomimética presenta caracteristicas como autosuficiente energéticamente, huella de carbono cero o negativa y formas orgánicas.
De esta manera, la Torre de la Vida bajo la linea de la arquitectura biomimética, es capaz de generar más energía de la que gasta, esto se debe a que la estructura terrosa exterior contribuye a generar un microclima por medio de sus perforaciones, además utiliza vidrio fotovoltaico para generar electricidad, entre otros recursos con los que genera energía.
Por otro lado, la huella de carbono negativa se logra a través de estos sistemas energéticos, pero también gracias al uso de impresión 3D con materias primas obtenidas en las inmediaciones, reduciendo las necesidades de energía para el transporte y la fabricación.
Asimismo, la Torre de la Vida alcanzará los 290 metros de altura y contará con vertipuertos para el aterrizaje de drones y helicópteros; además, en la zona superior también alojará un bosque para regular la temperatura y los niveles de oxígeno. Todo ello se monitorizará por medio de una serie de sensores, que detectarán desde los niveles de humedad hasta la calidad del aire, la temperatura y los niveles de ocupación de cada espacio.
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