Las conexiones eléctricas en un desarrollo inmobiliario resultar ser una tarea realmente compleja y que debe estar a cargo de manos de expertos y profesionales, y además seguir normativas y estándares para un correcto funcionamiento y evitar gastos posteriores o incluso accidentes.
En Guatemala esta situación se complica, pues no existe una norma que regule los parámetros de las conexiones eléctricas y los desarrolladores por iniciativa propia aplican en su mayoría estándares provenientes de normativas de Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con el gerente general de Servicios Electrónicos, Edgar Valenzuela, la importancia de realizar un correcto sistema eléctrico y una adecuada instalación en cada proyecto, principalmente radica en reducir los riesgos de accidentes por sobrecarga en las redes y reducir consumos adicionales por ineficiencia del sistema.
Se deben tomar en cuenta aspectos como hacer empalmes correctos y cables del grosor adecuado. “Cuando se tiene un sistema eléctrico ineficiente se incrementa el consumo de energía”, resaltó el entrevistado. El experto recomendó sobre todo asesorarse por un experto en el área que revise desde el diseño hasta la instalación todo el proceso para un proyecto inmobiliario o industrial, eso garantiza que se tomen buenas decisiones.
Resaltó que por ejemplo, en el segmento industrial se dan casos en donde una mala instalación eléctrica provoca que los equipos se quemen con frecuencia ocasionando pérdidas importantes a la empresa. Uno de los aspectos que menos parecen preocupar en el país, es incluir en el sistema de electricidad de un proyecto una protección para sobrecargas, lo cual se debe hacer a través de tierra física por medio de un “sumidero”.
“En países en donde esta normado este tema, todos los edificios tienen la obligación de instalar pararrayos. En Guatemala en la actualidad la mayoría de edificios cuentan con estos, pero no existe un ente certificador que garantice que son eficientes o los correctos”, explicó Valenzuela. Este ente certificador resulta de vital importancia para garantizar que los sistemas eléctricos y de protección sean los adecuados y den seguridad al desarrollo, sobre todo para prevenir cualquier siniestro provocado por malas instalaciones.