top of page

¿Cómo serán los edificios capaces de “pensar y sentir”?

Sabías que nos pasamos el 90% de nuestro tiempo dentro de un edificio? Ya sea en casa, en el gimnasio, la oficina, el restaurante donde nos gusta cenar, los centros comerciales, el cine o el teatro… Los edificios son como ‘la piel’ que nos une (o nos separa) de nuestro entorno. Hechos a nuestra medida o construidos en serie, si observamos una vivienda casi podemos adivinar cuándo fue diseñada. La arquitectura es también un reflejo de los hábitos y costumbres sociales.

La eficiencia energética, la automatización de procesos, la reducción de residuos o la ‘conquista’ de nuevos materiales ‘eco’ son las principales líneas de actuación de la construcción 4.0. Y para testar y desarrollar nuevos productos, nuevas tecnologías y nuevas soluciones Tecnalia ha puesto en marcha Kubik, el primer edificio europeo con gemelo digital.

AstraZeneca, de fracaso en fracaso: de los retrasos en las entregas a que media UE suspenda el uso de su vacuna La Agencia Europea del Medicamento está investigando los últimos datos para determinar la seguridad de este antígeno. “Es un edificio que nace como un espacio de experimentación tanto físico como virtual, en el que los fabricantes pueden comprobar las características de su solución, de su producto, en un entorno real antes de comercializarlo”, nos cuenta Olaizola, “un laboratorio para experimentar nuevas tecnologías donde se simulan diferentes escenarios y se testan soluciones de todo tipo.”

Ubicado en el Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia, Kubik es un edificio de tres plantas totalmente modular, compuesto de celdas “que se adaptan con flexibilidad para que las empresas puedan probar alli sus productos”. Mas de 3.000 sensores recogen la información de cuanto pasa en el edificio “para trasmitirla en tiempo real a su gemelo digital y comprobar así el comportamiento del producto.”

“Un gemelo digital es la representación virtual de un activo”, nos recuerda el investigador de Tecnalia “en este caso conseguimos la representación virtual de lo que llamamos un ‘entorno construido. ¿Para qué? Pues para automatizar muchas de sus actuaciones, para poder operarlo en remoto y para poder simular desde intervenciones de rehabilitación hasta de mantenimiento”. Un campo de pruebas donde poder aplicar técnicas de ciberseguridad, simulación de comportamiento energético, gestión autónoma del edificio, mantenimiento predictivo, blockchain, IoT, IA y big data.

Con su gemelo digital, Kubik actúa como un edificio inteligente. “En este primer año de vida hemos podido comprobar que se llega a ahorrar hasta un 40% de energia y se puede reducir en un 20% el gasto en mantenimiento”, comenta a D+I José Manuel Olaizola. El gemelo digital permite una sincronización absoluta entre el mundo físico y virtual del edifico en tiempo real. Las empresas pueden testar sus productos de manera remota, desde sus oficinas, aunque estén a cientos de kilómetros.

Empresas de toda Europa prueban en Kubik sus desarrollos. Desde nuevos materiales de aislamiento acústico, aprovechamiento de residuos industriales como nuevos materiales para la construcción, incluso mobiliario o electrodomésticos ‘inteligentes’. Pero la principal vía de investigación está relacionada con la energía. “Los principales gastos los edificios derivan de la calefacción o refrigeración, la iluminación y el agua caliente” explica Olaizola.

En estos momentos una de las investigaciones en curso “es la de unos vidrios traslúcidos que son capaces de generar electricidad con los rayos del sol”, o la propuesta de crear unas bóvedas en el tejado “que permitan capturar los rayos del sol y trasmitirlos mediante fibra óptica a las luminarias del edificio”. O las fachadas que integran los sistemas de ventilación o clima. “Ya no tendré la caldera dentro de mi casa, sino que estará integrada en la fachada. Con un captador solar, térmico, se podrá generar, agua caliente gracias a una serie de tubos integrados en la fachada que captan el calor y lo trasmiten al resto del edificio”

Los gemelos digitales permiten que los edificios se conviertan en “nodos de una estructura superior que es la smart city”. Una gran red de edificios hiperconectados que puedan comunicarse entre ellos “de tal manera que si uno genera exceso de energía pueda trasvasarla a otro. Por ejemplo, para compartir mejor el suministro de redes de hidrógeno que muy pronto empezarán a aparecer en las ciudades”

bottom of page