El objetivo es transformar la capital en vecindarios más eficientes para reducir la contaminación y crear áreas social y económicamente diversas.
Si bien algunas ciudades ya han considerado lo que significa vivir cerca de todas las necesidades, otras están renovando sus estrategias de planificación urbana y diseñando sus vecindarios para que sean más amigables para los peatones con el concepto de una “ciudad de 15 minutos”.
Con la hiperproximidad a las comodidades, trabajos, servicios gubernamentales, parques públicos, tiendas y una variedad de entretenimiento solo en bicicleta o a pie, el concepto reconsidera cómo las ciudades pueden diseñarse mejor para satisfacer las necesidades básicas de los residentes.
En un momento en el que las personas a menudo pasaban de 1 a 2 horas al día viajando al trabajo a través de medios de transporte privado, ha habido un mayor enfoque en devolver las calles a la gente, encontrar formas de reducir la gran dependencia de los automóviles y recrear un sentido de vecindario que ha disminuido con el aumento de la expansión urbana.
Según Carlos Moreno, experto en urbanismo para ofrecer el máximo de servicios y actividades a nivel local, debemos reimaginar cómo podemos utilizar mejor las infraestructuras existentes.
Por lo tanto, la idea que plantea Moreno consiste en que los edificios en desuso podrían convertirse en espacios de co-working o trabajo colectivo o que los colegios podrían abrirse los fines de semana para actividades culturales.
Por su parte también se podría pensar en que un pabellón deportivo de día podría convertirse en una discoteca de noche. Las cafeterías podrían acoger clases de idiomas por las tardes y los edificios públicos podrían acoger conciertos los fines de semana.
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