Evolución de la arquitectura en la Costa Rica del bicentenario
- Editorial Construir
- 24 sept 2021
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Por Arq. Ramón Pendones de Pedro, MBA, Mag. Diseño Urbano y Vicepresidente de OPB Arquitectos
Si queremos entender el resultado actual de nuestro caos urbano, debemos remontarnos en la historia de los asentamientos humanos en Costa Rica. AsĆ pues, forzosamente, nuestra situación actual tiene su origen en los procesos de consolidación de las diferentes poblaciones precoloniales, coloniales y del perĆodo posterior a nuestra independencia de EspaƱa, hace 200 aƱos.
Estas poblaciones, eventualmente, se transformaron en las principales ciudades de nuestro paĆs y prĆ”cticamente, en casi todos los casos, se convirtieron en las cabeceras de nuestras siete provincias.
Antes de la llegada de los espaƱoles a suelo costarricense existieron dos fases previas de nuestra historia arquitectónica conocidas como el PerĆodo Antiguo y PerĆodo de Cacicazgos. De estas dos etapas podemos decir que provienen influencias tan importantes como lo fueron los asentamientos en costas y otros cuerpos de agua como sucedió en los rĆosĀ Sixaola, SarapiquĆ, San Juan, TĆ”rcoles, TĆ©rraba y Sierpe,Ā la vivienda cónica en el Caribe, la de Guanacaste, las obras ingenieriles del Monumento a Guayabo y las esferas del Valle del Diquis.
Durante el PerĆodo Colonial, el desarrollo de los asentamientos humanos cambió drĆ”sticamente y por decreto de Carlos V se promulgó que las nuevas poblaciones deberĆan ubicarse lejos de las costas y contar con un trazado hipodĆ”mico para la estructura primara de vialidad. Adicionalmente, nuestra condición de frontera virtual entre la influencia de las culturas Azteca y Maya (Ćrea Mesoamericana) y la influencia de las culturas chibchas sudamericanas (Ćrea Intermedia) y posteriormente como frontera real entre el Virreinato de Nueva EspaƱa y el Virreinato de Nueva Granada, nos dejó ubicados en una especie de zona mixta de transición o tierra de nadie, que cayó en el limbo administrativo y olvido de la corona espaƱola, la cual nunca se preocupó por establecer grandes asentamientos ni construir obras de importancia en nuestro paĆs.
Luego de la Independencia
AsĆ pues, llegamos al PerĆodo Republicano que se caracterizó por el inicio de las relaciones comerciales con el resto del mundo y la llegada de grandes migraciones de Europa, de las islas caribeƱas, de China y de EE.UU. El cultivo del cacao (unidad de trueque hasta 1840) y del cafĆ©, la construcción del Ferrocarril al AtlĆ”ntico (1874) y las plantaciones de banano. Estos acontecimientos históricos fueron trascendentales para la consolidación y crecimiento del Estado Costarricense. La creación de la SecretarĆa de Obras PĆŗblicas en 1860, dió un gran impulso a la dotación de edificaciones institucionales como el Palacio Nacional (1855) y el Palacio Presidencial (1869) pero tambiĆ©n se construyeron cuarteles y el de Alajuela (1874), hospitales como el Asilo ChapuĆ (1890) y el HSJDD (1885), edificaciones culturales como el Teatro Nacional (1897) y educativas como el Liceo de SeƱoritas (1888) entre otras. Todas ellas bajo la evidente influencia de los cĆ”nones arquitectónicos europeos de la Ć©poca, los cuales fueron adoptados por la elite liberal dirigente del momento.
Sin embargo, los incendios y los desastres naturales, en especial el Gran Terremoto de 1888, trajo consigo la revisión de diversos sistemas constructivos que carecĆan de algĆŗn elemento de acero como refuerzo ante los movimientos tectónicos. La madera, el adobe, el bahareque, la mamposterĆa de ladrillo y de sillerĆa, fueron sistemas constructivos que representaban grandes riesgos para los ocupantes de las edificaciones por lo que se procedió a regularlos y a recomendar sistemas constructivos mĆ”s livianos y dĆŗctiles como tambiĆ©n se llegó a prohibir el uso del adobe para la construcción de edificaciones.Ā Con la expansión de la revolución industrial en todo el mundo, el material por predilección fue el acero y con Ć©l, la proliferación de obras tĆpicas de este periodo histórico quĆ©, como todos, llegó de forma tardĆa a CR. De esta Ć©poca contamos con obras tan relevantes como el Edificio MetĆ”lico (1895) y la Iglesia de Grecia (1840). Fue de esta manera, que el final del s. XIX y los inicios del s. XX, se caracterizaron por la construcción de grandes obras como el Teatro-cine Variedades (1881), Antiguo Instituto de Alajuela (1887), la Antigua Escuela RepĆŗblica Argentina (1888),el Liceo de Costa Rica (1903), el edificio Steninvorth (1907), la estación del Ferrocarril al AtlĆ”ntico (1908), la Antigua Escuela Vitalia Madrigal (1910), el Castillo azul (1910), el edificio de Gobernación y Correos de Heredia (1914), la librerĆa Lehmann (1914), el edificio de Correos y TelĆ©grafos de San JosĆ© (1917) entre otros. TambiĆ©n de esta Ć©poca, destaca la gran proliferación de viviendas para la burguesĆa cafetalera en Barrio Amón con un marcado estilo Victoriano. Este estilo tambiĆ©n fue caracterĆstico en las construcciones de las plantaciones de banano en la región del Caribe y en el puerto de Limón, como tambiĆ©n en la región del PacĆfico sur en las plantaciones de palma africana y banano durante la dĆ©cada de los aƱos 30.
Ya adentrados en pleno s. XX y posterior al segundo gran terremoto acaecido en Cartago en 1910, los estilos de construcción mĆ”s flexibles terminan de instaurarse (bahareque francĆ©s y paredes de madera con lĆ”minas metĆ”licas troqueladas como recubrimiento) asĆ como los sistemas de mamposterĆa de ladrillos de arcilla recubiertos con yeso y cemento.
De este perĆodo destacan obras que confrontaban y mezclaban diversos lenguajes formales como el estilo eclĆ©ctico, el Art Decó, el neogótico y demĆ”s estilos historicistas entre otros. Como ejemplos de esta Ć©poca tenemos el Antiguo Teatro Raventós -hoy Melico Salazar- (1928), la iglesia de Coronado (1930), el Castillo del Moro (1930), el Gran Hotel Costa Rica (1930) y el Aeropuerto de la Sabana -hoy Museo de Arte Costarricense- (1937).
Desde el punto de vista urbanĆstico tambiĆ©n se sucedieron varios hechos relevantes debido a la explosión demogrĆ”fica del s. XIX y la fundación de los dos puertos: Puntarenas (1840) y Limón (1871). El crecimiento de San JosĆ© y la expansión de los suburbios obligaron a crear grandes obras de infraestructura para el momento entre las que se destacan el Paseo Colón conocido antes de su ensanche como la calle de La Sabana (1915) y gracias a electrificación pĆŗblica que data desde 1884, la construcción del tranvĆa (1899-1950) desde La Sabana hasta la Estación al AtlĆ”ntico.
En la segunda mitad del s. XX, con la adopción del Movimiento Moderno en la arquitectura, el uso de la mamposterĆa de bloques de concreto y del hormigón reforzado propulsó un viraje de nuestra arquitectura hacia la contemporaneidad. Posterior a la Guerra Civil de 1948, el Estado Costarricense se fortaleció y su carĆ”cter paternalista, se convirtió en agente desarrollador a travĆ©s de la construcción de edificios para la nueva institucionalidad emergente. Edificios emblemĆ”ticos para la historia reciente se construyeron bajo los cĆ”nones del Movimiento Moderno como lo fue la creación del Circuito Judicial que los compone los edificios de la Corte Suprema, los Tribunales de Justicia y el del OIJ (1966-1978), la sede central de la CCSS (1971), el edificio del ICE en La Sabana (1972) y el edificio del INS (1974), entre otros.
La disrupción con el pasado construido fue tan evidente y nefasta, que de esta época data la infame demolición del Palacio Nacional en 1958 por José Figueres Ferrer para la construcción del Banco Central y la demolición de dos de los torreones del Cuartel Bellavista. También sucedió en 1969, la no menos importante venta del predio donde se ubicaba la Biblioteca Nacional cuyos nuevos propietarios demolieron en 1971, para construir un parqueo.
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Para ese entonces en CR no se impartĆa la carrera de arquitectura y la mayorĆa de los profesionales del ramo habĆan estudiado en el exterior, principalmente en MĆ©xico. Con la creación de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica en 1972, se establece otro hito en la historia arquitectónica nacional y los movimientos arquitectónicos importados empiezan a ser revisados desde la óptica local que empezó con la bĆŗsqueda de una arquitectura con identidad propia que respondiera a las necesidades climĆ”ticas, económicas, sociales y antropológicas del paĆs.
DespuĆ©s de la huella indeleble del Movimiento Moderno en nuestra morfologĆa urbana, se sucedieron otros movimientos importados como el Postmodernismo, el estilo Santa Fe, el neocolonial (conocido localmente como estilo Rostipollos), que lograron que los aspectos históricos y climĆ”ticos, fueran objeto de estudio a la hora de proyectar una edificación.
En la historia mĆ”s reciente y en contraposición del auge del Movimiento Supermodernista, varios arquitectos enarbolan la bandera del Regionalismo CrĆtico y la Arquitectura BioclimĆ”tica y el DiseƱo Sostenible, lo cual hace pensar quĆ©, por primera vez en nuestra historia, las construcciones empiezan a responder verdaderamente a la realidad histórica, coyuntural y contextual del paĆs.
