Por: Malka Mekler
La plantación de árboles es una manera de mejorar la salud de las personas, una manera que resulta fácil y muy barata. Además de embellecer una ciudad, los árboles proporcionan aire fresco y limpio, lo cual debería tenerse en cuenta como una infraestructura de salud pública. Así lo informó el medio digital “EcoInventos”
La organización The Nature Conservancy cuestiona ¿por qué no se incluye esto en el financiación de la salud pública? Es por esta que elaboraron un documento que explica con cifras, las razones por las cuales se debe considerar el uso de árboles para la infraestructura de la salud pública.
Para la realización de este documento se tomó de referencia a Estados Unidos, ya que es el país en el cual gasta menos de un tercio del 1% en presupuesto para mantener y plantar árboles. Como consecuencia las ciudades en Norteamérica pierden cuatro millones de árboles al año.
Este es un documento oficial que detalla el problema, sus causas, conceptos y las soluciones para luchar contra él. En este, se estima que con US$8 por persona al año, como promedio, se podría impedir la pérdida de árboles, además sería posible aumentar el aprovechamiento de los beneficios que estos generan.
En la actualidad, según el informe, las ciudades están gastando menos en cuidar o sembrar nuevos árboles a comparación de décadas anteriores. La falta o presencia de árboles muchas veces suele estar ligada al nivel de ingresos de un barrio, lo cual crea una gran desigualdad en la salud.
La diferencia en salud no tiene que ver solo con los árboles, sin embargo, los investigadores aseguran que los barrios con menos árboles tienen peores resultados en la salud de sus residentes. Con esto, se puede concluir que la desigualdad urbana puede empeorar los niveles de salud.
El documento plantea diferentes consejos como la implementación de políticas que incentiven la siembra privada de árboles, intercambios municipales que en consecuencia facilitan la colaboración de organismos de salud pública y agencias ambientales. También relacionar el financiamiento de árboles y parques a objetivos y metas de salud, entre otros.