Diseñan madera que se hace más fuerte conforme atrapa CO2
- Maria Calero
- 15 mar 2023
- 2 Min. de lectura
Sus creadores insisten en que su propuesta es eficiente desde un punto de vista energético y escalable, por lo que facilitaría la búsqueda de alternativas sostenibles al acero o cemento.

Un equipo de investigadores de Texas, en EEUU, acaba de desarrollar un método para elaborar madera que puede facilitarle las cosas a la construcción. Menos emisiones y menos costes en las obras, ese es el objetivo de un equipo de científicos de la Rice University.
Los investigadores acaban de presentar un nuevo método para diseñar un tipo de madera de ingeniería que ofrece dos grandes ventajas: Es capaz de atrapar dióxido de carbono (CO2) y volverse más resistente durante el proceso, lo que le permite ganar atractivo como material de construcción sostenible.
Sus creadores insisten en que su propuesta es eficiente desde un punto de vista energético y escalable, por lo que facilitaría la búsqueda de alternativas sostenibles al acero o cemento. "El método podría reducir tanto las emisiones como los costes de construcción de edificios”, subraya la Rice University, si bien no precisa cuánto costaría la elaboración de su madera ni aporta comparativas con otras opciones.
Los científicos propone nueva forma de enfocar la "madera de ingeniería", término que suele usarse para definir un tipo de material fabricado durante un proceso que suele incorporar, además de la propia madera, adhesivos y un tratamiento químico o térmico. Lo que acaban de lograr Muhammad Rahman y Soumyabrata Roy, científicos de materiales de la Rice University, es básicamente desarrollar una madera capaz de fortalecerse mientras captura CO2.
La madera está formada por tres componentes esenciales: la celulosa, la hemicelulosa y la lignina. La lignina es lo que da color a la madera, así que cuando se quita esta se vuelve incolora. Para retirarla se recurre a un tratamiento químico con sustancias que resultan inocuas para el medio ambiente. Una vez ha logrado eliminarse la lignina, se recurre a lejía o peróxido de hidrógeno para acabar con la hemicelulosa.
La madera deslignificada se sumerge en una solución con micropartículas de un MOF, siglas en inglés de "marcos organometálicos", que destacaban por su capacidad absorbente. En concreto se usa el Calgary framework 20 (CALF-20). "Las partículas de MOF encajan con facilidad en los canales de celulosa y se adhieren a ellos a través de interacciones superficiales favorables", señala Soumyabrata Roy, investigador y autor principal del estudio.
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Como aclara Roy, el proceso no está exento de desafíos. "Muchos de los MOF existentes no son muy estables en distintas condiciones ambientales. Algunos son susceptibles a la humedad, y eso no es algo deseable en un material estructural", añade. El CALF-20 destaca sin embargo por su rendimiento y versatilidad.
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