El desafío del concreto en Nicaragua: Claves para construcciones más duraderas y seguras
- Luisa Velásquez
- hace 52 minutos
- 3 Min. de lectura
Un análisis académico de la Universidad Americana (UAM) revela la criticidad de entender los materiales locales y nuevas relaciones en la mezcla para enfrentar el déficit habitacional y el deterioro de las estructuras por factores como la carbonatación.

El concreto es, por excelencia, el material más utilizado en la industria de la construcción en Nicaragua, desde grandes proyectos industriales hasta la edificación de viviendas, un sector que enfrenta un déficit de aproximadamente un millón de unidades en el país. A pesar de su popularidad por ser un material versátil y de larga vida útil, es común observar deterioros como agrietamientos, porosidad y fallas estructurales que comprometen su durabilidad.
Para abordar esta problemática desde una perspectiva científica, Edison Francisco Hernández, Coordinador académico de la Universidad Americana (UAM) en su conferencia ""Resistencia a la compresión del concreto: Una revisión-caso Nicaragua", en Expo Construir Nicaragua 2025, presentó un análisis detallado, resultado de una exhaustiva revisión bibliográfica de unos 70 trabajos, entre tesis, informes técnicos e investigaciones. El estudio se enfoca en la construcción cotidiana, particularmente en la vivienda popular, y busca dar solución a los problemas que se originan desde la composición misma del concreto.
Una de las primeras conclusiones del análisis es la necesidad de comprender a fondo las materias primas locales. “Nosotros en Nicaragua tenemos nuestros propios bancos de materiales, ¿no? Los bancos de materiales que tenemos son distintos a los que pueden existir en Costa Rica, El Salvador y México y cualquier parte del mundo”, explicó Edison Francisco Hernández, Coordinador académico de la UAM, durante su presentación. Esta variabilidad, por ejemplo, en la Arena Motastepe, puede generar diferencias en propiedades clave como el porcentaje de absorción, afectando directamente la hidratación del cemento y la calidad final de la mezcla.
La amenaza silenciosa: carbonatación y corrosión en Managua
El estudio identifica un enemigo particular para las estructuras de la capital. “Para el caso de Managua, el mayor problema que tenemos de falla es por corrosión, por carbonatación”, detalló el experto.
La ciudad reúne las condiciones perfectas para acelerar este fenómeno: un parque vehicular considerable que genera contaminación por dióxido de carbono, alta humedad relativa proveniente del lago y temperaturas elevadas que actúan como un catalizador para las reacciones químicas. Estos agentes agresivos penetran el concreto poroso, atacan el acero de refuerzo y provocan su corrosión, lo que a su vez genera expansión, agrietamiento y daños severos a la estructura. El antiguo Estadio Nacional fue un claro ejemplo de este tipo de falla estructural.

Más allá de la relación agua-cemento
Tradicionalmente, la industria se ha enfocado en la relación agua-cemento como el principal indicador de la resistencia del concreto. Sin embargo, la investigación presentada revela que este no es el único factor determinante. “No precisamente que tengamos una relación agua cemento baja, vamos a garantizar una orden de resistencia a la compresión”, afirmó el ponente.
El análisis de múltiples diseños de mezcla demostró que hay otros coeficientes con una correlación más significativa con la resistencia final. Se deben considerar tres aspectos fundamentales:
La relación cemento-agregado: La cantidad de cemento en proporción al volumen total de agregados es un factor crucial.
El volumen de pasta: Aunque no es el factor más determinante, influye en la trabajabilidad de la mezcla.
La relación agregado grueso-agregado fino: La proporción entre estos dos componentes demostró tener un impacto considerable en los resultados de resistencia.
Asimismo, se encontró que, aunque los cementos disponibles en el mercado cumplen con las normativas, su composición química particular puede afectar notablemente el desempeño del concreto, subrayando la importancia de conocer a fondo las propiedades de todos los materiales a utilizar.
El estudio concluye con un llamado a mejorar las prácticas constructivas, partiendo desde el conocimiento científico de los materiales y una mayor especialización de los ingenieros y maestros de obra, un esfuerzo que la UAM también impulsa a través de sus programas de formación en tecnología del concreto.