El futuro de la infraestructura: ¿Cómo se construirá en el 2100?
- Maria Calero
- 6 jun
- 3 Min. de lectura
Para impulsar la transición de las infraestructuras y minimizar los daños climáticos, los gobiernos deben apoyar directamente y agilizar proyectos específicos de infraestructuras vitales, además de atraer grandes cantidades de financiación privada.

Según una publicación del Foro Económico Mundial, para revitalizar la economía actual y satisfacer las necesidades futuras dentro de los límites del planeta, debemos desarrollar infraestructuras resilientes y sostenibles. Las infraestructuras existentes, construidas principalmente con combustibles fósiles, no están preparadas para los fenómenos climáticos extremos y sufren the problemas inherentes, como escasez de materiales y elevada intensidad de carbono.
A nivel mundial, el sector de la construcción no está en camino de descarbonizarse para 2050. Algunas regiones se enfrentan a un legado fósil de sobreconstrucción de infraestructuras, que es imposible de mantener o renovar. otras siguen careciendo de infraestructuras básicas. En todos los casos, el colapso de las infraestructuras sería desastroso. Para prepararse para el futuro, se analizan a continuación tres escenarios para las infraestructuras globales en 2100 con el objetivo de ofrecer perspectivas sobre posibles evoluciones y ayudar a establecer prioridades específicas para cada contexto.
1. 'Tecnosfera' circular y resiliente al clima: La 'tecnosfera' se refiere a la masa total de estructuras, sistemas y materiales creados por el ser humano, desde edificios y carreteras hasta máquinas y residuos. Su peso supera al de todos los organismos vivos de la Tierra, lo que pone de relieve la enorme huella material de la civilización moderna.
Esta escala, combinada con el enorme costo de mantenimiento y la disminución de los recursos, lleva a las naciones con recursos escasos y estancamiento demográfico a tratar su entorno construido como un inventario finito. En lugar de expandirse, los edificios y la infraestructura se reutilizan, reparan, reconvierten, elevan y reciclan. La era de la apropiación de tierras y el uso de materiales vírgenes llega a su fin.
En este contexto, surgen ciclos de renovación rápidos y un mercado dinámico de materiales de segunda mano. En las regiones áridas, se utiliza una arquitectura vernácula —estilos de construcción tradicional propios de una región o cultura específica, que combinan técnicas de construcción de baja y alta tecnología con características de diseño pasivo— que no depende de la energía ni de máquinas, sino de la física, para crear edificios resistentes al calor y a las inundaciones.
2. Infraestructura virtual y defensiva: En este escenario, las empresas dominan los datos, las ciudades y las infraestructuras. Este cambio hacia el control del sector privado impulsa entornos desregulados, individualizados e inmersivos, con la expansión de la minería al espacio, el Ártico y el fondo marino. La planificación espacial y urbana está impulsada por la inteligencia artificial y su diseño está automatizado, y la construcción mediante robots es la norma. Las infraestructuras están equipadas con sensores y materiales de recopilación de datos, lo que facilita el mantenimiento predictivo y la vigilancia constante. Mientras tanto, los ricos se refugian en islas artificiales y cerradas.
La semana laboral es de cuatro días y se obtienen nuevos ingresos públicos gracias a los impuestos sobre los datos. Sin embargo, la sociedad también se vuelve vulnerable a cortes de energía, ciberataques, fallos digitales o apropiaciones maliciosas. A medida que aumenta la demanda de energía y recursos críticos, se forma rápidamente un mercado de infraestructuras y ciberdefensa.
3. Microinfraestructuras descentralizadas: Sin un mercado energético único, la planificación transcontinental vacila, lo que da lugar a una gestión localizada de las infraestructuras básicas por parte de los municipios, las pequeñas y medianas empresas, las cooperativas ciudadanas y los barrios urbanos.
Los recursos territoriales y las habilidades humanas se combinan en células energéticas o islas de biogás, conectadas o no a la red, lo que fomenta el comercio entre pares y la autosuficiencia en ciclo cerrado. Este enfoque carece de una escala suficiente para apoyar a las industrias intensivas en energía o a los centros de datos. Dependiendo de las normas comunes de distribución de los recursos, algunas regiones cooperan y prosperan. Otras se encerran en sí mismas o se enfrentan a desafíos relacionados con los recursos.
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