Europa avanza con la construcción del túnel ferroviario subterráneo más largo del mundo bajo los Alpes
- Manuel Robles Quintero
- hace 2 horas
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La modernización del transporte europeo avanza con obras de ingeniería sin precedentes que buscan transformar la movilidad, reducir tiempos de viaje y trasladar millones de toneladas de carga de las carreteras al ferrocarril. El desarrollo de megainfraestructuras vuelve a posicionarse como motor estratégico del continente.

Los trabajos para perforar y detonar el primer túnel que conectará Austria con Italia bajo el paso del Brennero marcan un avance histórico en uno de los proyectos de construcción más ambiciosos de la Unión Europea. El Túnel Base del Brennero, que se extenderá por 55 kilómetros —64 kilómetros si se incluyen las conexiones existentes— se convertirá en el túnel ferroviario subterráneo más largo del mundo una vez finalizado.
La obra, valorada en 8.800 millones de euros y cofinanciada por Italia, Austria y la UE, forma parte de un paquete de megaproyectos que transformarán el transporte europeo hacia 2030. Además de mejorar la conectividad, la construcción tiene un objetivo ambiental clave: trasladar hasta la mitad del tráfico pesado del paso del Brennero —hoy utilizado por más de 2,5 millones de camiones al año— hacia el ferrocarril, reduciendo la congestión y las emisiones en una de las rutas alpinas más transitadas del continente.

El túnel permitirá acortar en un 40% el tiempo de viaje entre Verona y Múnich, llevándolo a solo tres horas. Este cambio, junto con los nuevos corredores ferroviarios en construcción, remodelará la movilidad en Europa central y acelerará el transporte de mercancías entre industrias del norte y sur del continente.
Además del Brennero, otros tres proyectos avanzan en paralelo. La línea de alta velocidad Tortona-Génova, con un costo de más de US$ 9.920 millones, ya tiene un 90% de sus túneles completados, pese a los desafíos geológicos que han incluido la presencia de amianto natural. Una vez en operación, reducirá el viaje Milán–Génova a una hora y permitirá mover más carga desde los puertos ligures hacia Europa central.
Otro de los desarrollos clave es el túnel de alta velocidad Lyon-Turín, una obra de 11.000 millones de euros que promete eliminar más de un millón de vehículos pesados de las rutas alpinas entre Francia e Italia. Con 57,5 kilómetros excavados bajo los Alpes, reducirá el trayecto París–Milán a cuatro horas y media. La construcción ha enfrentado retrasos por protestas ambientales, pero mantiene su meta para 2033.

Finalmente, el puente del Estrecho de Mesina se prepara para iniciar obras preliminares. Con una inversión estimada en US$ 15.760 millones, será una estructura de un solo tramo con seis carriles y dos líneas ferroviarias que unirá el continente italiano con Sicilia, un proyecto largamente esperado que modernizará el acceso a la isla y fortalecerá sus conexiones con Palermo y Catania.
En conjunto, estas construcciones representan la mayor renovación ferroviaria que Italia y el eje central de Europa han visto desde la inauguración de la línea de alta velocidad Roma–Milán en 2008. Con más de 40 proyectos adicionales en marcha y financiados en parte por más de US$ 29.000 millones del fondo de recuperación europeo, el continente se prepara para una década decisiva en movilidad e infraestructura.
