Por: José Pablo Pérez, en colaboración de Sergio Zúñiga y Carolina Benavides
Los paneles solares o módulos fotovoltaicos son sistemas que captan la energía de la radiación solar para su aprovechamiento y cada vez ganan más espacio en los hogares costarricenses y proyectos constructivos.
Una muestra de ello es el centro comercial LincoIn Plaza, que el año anterior inauguró un sistema de autoconsumo potenciado por 2.245 paneles solares, con los que alimenta diferentes áreas de operación, entre ellas cuatro zonas comunes, el sistema de iluminación, los ascensores, las bombas, escaleras eléctricas, entre otras.
Con los paneles solares, el gasto de electricidad de Lincoln Plaza se reduce en un 25%. La energía que va a generar el sistema es 1 millón de kilovatios hora al año, lo suficiente para alimentar 400 casas. Para esta instalación el centro comercial invirtió US$$792.000.
También existen otros casos de éxito en el país como el Cobybsa y Strong Internacional Centroamérica, que, tras la instalación de paneles solares, han logrado reducir su factura eléctrica considerablemente.
De acuerdo con Eduardo Kopper, presidente de Sunshine, el caso más reciente es el de Cobybsa, una constructora industrial que tiene cinco meses de operar sus paneles ya ha tenido un ahorro de un 90% en el consumo de energía.
“El sistema de 75 paneles y dos inversores instalados en la empresa compensa 2,1 toneladas de carbono y reemplaza más de 13.000 kilómetros recorridos de un vehículo. Este sistema solar equivale a alumbrar 13 casas durante un año”, explica el experto.
Por otra parte, Strong, una empresa que se dedica a la representación local de marcas de sistemas de ventilación, refrigeración e incendios, tras un año de operación de sus paneles, consume un 72% menos de electricidad. Esto le ha significado un ahorro de US$673,34 a la compañía, que mensualmente tenía recibos de hasta US$841,67. La instalación fue de 69 paneles y dos inversores que generan aproximadamente 22 kWp.
Estudio previo antes de instalar
Si un cliente necesita alguno de los sistemas, primero, se le hace un estudio preliminar desde su oficina, donde, según lo que se observe de esa persona, se le pide información básica como: ¿Dónde se ubica?, ¿Cuánto paga?, ¿Cuánto consume de energía?, etc.
“Con esos datos se le puede comunicar al cliente la proyección del proyecto, de cuánto sería el consumo y que precio tendría. Aquí, es donde el cliente decide si le parece o no”, dijo Kooper. Si el cliente está de acuerdo, el segundo paso es el de incluir ingenieros. Para eso se hace una visita al lugar y se revisa desde las latas de zinc, medidores y la acometida. Luego de eso se le hace una propuesta formal con diseños.
“Los diseños son hechos a la medida, ya que la mayoría de infraestructuras son distintas y cada familia y empresa consumen su energía en distintos horarios. Hay que observarlos caso por caso”, expresó el presidente. Con el mantenimiento de los paneles solares el cliente negocia si lo quiere o no. Entonces si lo necesita la empresa lo monitorea mediante un sistema de Internet de las Cosas (loT).
Si le sucede un daño al sistema inmediatamente la red avisa, luego se va al lugar donde ocurrió el hecho y se repara. El mantenimiento para un panel es regar con un poco de agua dos veces al año, debido que al no contar con partes móviles, el panel no va a tener desgaste.
“El 90% de los paneles son hechos en china por un factor de costos, sin embargo las empresas son mundiales. Los inversores por lo menos nosotros, preferimos utilizar inversores europeos, alemanes o austriacos debido a que ahí se encuentra la computadora central de los paneles (el cerebro central)”, concluyó Eduardo.
Comentarios