En Europa vemos un avance mucho más acelerado, debido a una legislación y normativa mucho más restrictiva que ha obligado a esta industria a moverse de forma más acelerada.
Por: Marcela Cano, Gerente de Sostenibilidad y Alvaro Ramírez, Gerente de Ingeniería de Garnier & Garnier.
El cambio climático es un tema que nos atañe a todos, desde el ciudadano que separa los residuos en su casa, hasta las grandes empresas y sectores de la economía que deben asumir un compromiso para minimizar sus impactos en el ambiente.
En el ámbito nacional se han dado esfuerzos importantes para promover el tema, como el que realizó hace más de seis años la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) cuando lanzó la guía de construcción sostenible para apoyar a las empresas del sector que tenían interés en mejorar la forma en que se construye.
Además existen programas como el de Bandera Azul Ecológica en la categoría Construcción Sostenible que busca motivar y reconocer a las empresas que hacen un adecuado manejo del agua, energía, residuos, materiales y biodiversidad.
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Estos esfuerzos en consecuencia provocan que el sector sea cada vez más consciente de que debe trabajar en mitigar los impactos de su actividad y contribuir al reto global de minimizar las emisiones del C02, producto de su misma actividad.
En Europa vemos un avance mucho más acelerado, debido a una legislación y normativa mucho más restrictiva que ha obligado a esta industria a moverse de forma más acelerada.
Tanto así que vemos cómo en este continente ya se está hablando de edificaciones neto positivo, los cuales son altamente eficientes, cubren todas sus necesidades energéticas solo con energías renovables, preferentemente generadas in situ; aunque también externas para lograr anualmente un balance cero de emisiones netas de carbono en su operación.
Desde la construcción hay mucho que aportar para detener el cambio climático y lograr el desarrollo sostenible. Se ha realizado un gran trabajo para entender cuáles son esas áreas en las que todos dentro del área debemos trabajar para realmente mover la aguja en términos de cambio climático.
¿Y cómo se trabaja o puede trabajarse en ese aspecto?, tomando acciones desde la etapa de diseño, construcción y operación de los desarrollos, teniendo el compromiso serio, desde la alta gerencia y estar convencidos de que debe generarse un cambio para mitigar los impactos. Por ejemplo, diseñando edificios cada vez más eficientes energéticamente, con mayor iluminación y ventilación natural para reducir la demanda de energía en las áreas construidas y ser cada vez menos dependientes de ventilación mecánica.
Además, utilizar materiales con una menor huella de carbono es vital para disminuir el impacto de la edificación o bien de más larga duración que nos permite tener un menor impacto ambiental durante el ciclo de vida del edificio.
Por otra parte, diseñar edificaciones que promuevan la movilidad sostenible y la conectividad con la ciudad o el entorno es importantísimo para disminuir el impacto. El transporte es uno de los principales generadores de CO2 al ambiente y en la medida en que propiciemos una movilidad sostenible en donde los usuarios de los edificios puedan acceder caminando, en bicicleta, tener la opción de cargar vehículos y scotters eléctricos o que sea fácil conectar con el transporte público, será mejor para el ambiente.
Una buena práctica es hacer la medición de la huella de carbono del proceso constructivo y si podemos aumentar el alcance y hacer medición de la huella de carbono del ciclo de vida del edificio mucho mejor. Esto nos permite identificar dónde están las principales fuentes de emisión para enfocar los esfuerzos en minimizarlas y lo que no podemos reducir, lo podemos compensar con diferentes acciones.
Otra acción importante es la adecuada gestión de los residuos que se generan en el proceso, dado que este es el segundo impacto más grande de la construcción. Así que todas las acciones que hagamos para minimizar el consumo de materiales y para disponer de manera adecuada de los residuos es cada vez más relevante. El objetivo final debería ser reducir al máximo los residuos que se dispongan en los rellenos sanitarios.
Además, contar con un departamento de Sostenibilidad o con un especialista dentro de la organización que oriente en el tema genera un gran impacto, pues se trabaja tanto hacia lo interno como a lo externo de la organización, generando conciencia sobre su importancia y la imperante necesidad de tomar acciones concretas por parte de cada persona que integra la empresa.
Los ejemplos antes descritos muestran acciones que podemos ir desarrollando o que están siendo aplicadas por empresas como la nuestra. Todos podemos ir sumando, marcando la diferencia y aportando con nuestro esfuerzo para minimizar los impactos del cambio climático.