La obra, que fue diseñada para albergar una microfábrica de madera digital, destaca cómo la arquitectura puede evolucionar más allá de las convenciones y abrazar la tecnología del futuro.
En el epicentro de la Zona Económica Especial de Próspera, emerge una obra arquitectónica que desafía las normas y proyecta una visión audaz para el futuro de la construcción. Circular Factory, una microfábrica alojada en un edificio versátil de uso mixto construido principalmente en madera, no sólo es un testimonio de ingenio arquitectónico, sino que también demuestra un compromiso profundo con la responsabilidad ambiental.
El desafío de crear la fábrica en un terreno montañoso llevó a una reflexión fundamental sobre cómo integrar una estructura de manera armoniosa en un entorno inclinado. La respuesta a este desafío se materializó en un enfoque sostenible que no solo resistiera el terreno, sino que también se fusionara naturalmente con él.
En este caso, los desarrolladores optaron por no recurrir a métodos de excavación y construcción convencionales de muros de contención, sino que adoptaron las terrazas que seguían las curvas naturales del terreno. Con este método no sólo se redujo el impacto ambiental, sino que también generó oportunidades para cultivar en las terrazas, fomentando así una economía circular arraigada en los principios de sostenibilidad.
La fábrica, inspirada en los procesos circulares del bosque circundante, se divide en dos secciones rectangulares principales, que posteriormente se transforman en una estructura con forma de colina. Además, cuenta con una cubierta de madera que imita la textura de la corteza de los árboles, logrando una simbiosis única entre la creación humana y la naturaleza.
Por su parte, Circular Factory aprovecha las condiciones del entorno para impulsar un horno sostenible que utiliza la energía solar para secar la madera de manera eficiente y ecológica. Las paredes revestidas con láminas de policarbonato translúcido maximizan la absorción de energía solar, reduciendo significativamente el tiempo necesario para el proceso de secado. Este enfoque demuestra la capacidad de la arquitectura para trabajar en armonía con el medio ambiente, fomentando prácticas sostenibles en la industria maderera.
No cabe duda que este proyecto busca ser más que solo una maravilla arquitectónica. Busca despertar la curiosidad humana y fomentar la colaboración entre la tecnología y las personas. El espacio cuenta con un amplio jardín cervecero, con grandes aberturas de ventanas, además de promover la colaboración y la interacción, creando un ecosistema vibrante dentro de la fábrica.
Arquitecto a cargo del diseño: Max Medina
Cliente: The Circular Factory y Honduras Prospera Inc.
Área: 816 m²
Año: 2023
Fotografías: El Estudio Tres, Andrea Alvarez
Gestión de Proyecto y Construcción: Rubén Fajardo
Colaboradores: Nassy Banegas, Jose Rodriguez, Isabela Andrade
Diseño de Interiores: The Circular Factory y Max Medina
Supervisores: Carlos Flores, Eduardo Espinosa
Constructora: Island Concrete
Ingeniería Estructural: Ingenieros Asociados
Diseño MEP (Mecánico, Eléctrico, Fontanería): Ingenieros Asociados, ICCE
Ciudad: St. John's Bay, Roatán, Islas de la Bahía
País: Honduras
Comments