Materiales con menor huella: El futuro de la construcción en Costa Rica
- Maria Calero
- hace 8 minutos
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Un cambio implica repensar no solo el diseño y los procesos, sino también los materiales con los que se construye.

La construcción sostenible ya no es una opción, es una necesidad. En 2024, el sector tramitó más de 10 millones de metros cuadrados de obra, aportó un 11,4 % al PIB nacional y generó más de 489 000 empleos directos e indirectos. Con este peso económico y social, la construcción en Costa Rica tiene el potencial de liderar una transición urgente hacia materiales de menor impacto ambiental, sin sacrificar calidad ni desempeño según datos del CFIA y Cámara Costarricense de la Construcción.
Este cambio implica repensar no solo el diseño y los procesos, sino también los materiales con los que se construye. Según Nicolás Ramírez, director ejecutivo del Green Building Council Costa Rica, el país debe adoptar un nuevo enfoque basado en tres acciones clave: evitar, cambiar y optimizar.
“Evitar los materiales de mayor impacto con alternativas viables, de menor impacto, cuando sea posible. Cambiar la forma de pensar, abriendo campo a la innovación y soluciones no tradicionales de construir. Optimizar los procesos de producción y de diseño. Esto debe ser la nueva forma de ejecutar proyectos, construyendo con más inteligencia”, indicó Ramírez.
Y es que, a nivel global, el sector construcción consume el 36 % de la energía, genera el 38 % de las emisiones de carbono relacionadas con esa energía y utiliza el 50 % de los recursos naturales. La elección de materiales y su innovación, será clave para revertir esta tendencia.
Christophe Levy, director científico del Centro de Innovación de Holcim en Francia, advirtió que si no se toman medidas urgentes, los materiales de construcción podrían representar hasta un 60 % de las emisiones globales para el 2050. En este contexto, explicó que la estrategia de descarbonización debe centrarse en cuatro pilares: operaciones sostenibles, formulaciones bajas en carbono, construir mejor con menos, y reciclaje de materiales de demolición.
Tecnologías como la inteligencia artificial y las prácticas de economía circular complementan esta hoja de ruta. Entre estas soluciones se destaca el uso de biochar, un material obtenido al calentar residuos orgánicos en ausencia de oxígeno, que actúa como sumidero de carbono y puede integrarse en el concreto para reducir su huella ambiental.
Desde el plano local, la Cámara Costarricense de la Construcción subraya que el desarrollo del país debe ir de la mano con un enfoque sostenible. “Detrás de cada carretera, escuela, hospital, aeropuerto o vivienda, hay una cadena de valor que impulsa el crecimiento económico, la innovación y el bienestar de las familias. Las obras de hoy deben anticiparse a los retos del mañana: reducir emisiones, optimizar recursos, impulsar la eficiencia energética y generar valor para las comunidades”, expresó Randall Murillo, director ejecutivo de la CCC.
Además del trabajo con materiales, la capacitación técnica y el acceso a conocimiento también serán determinantes para acelerar este cambio. Por eso, Holcim lanzó recientemente la Academia de Construcción Sostenible, una plataforma gratuita de formación técnica para profesionales de la región, con contenidos sobre economía circular, eficiencia térmica, soluciones constructivas de bajo impacto y más. Está disponible en https://holcimacademy.com.
Durante la reciente Jornada de Construcción Sostenible, organizada por la Cámara Costarricense de la Construcción, expertos del sector privado, académico y técnico discutieron las tendencias y tecnologías que marcarán el camino hacia edificaciones más limpias y resilientes.
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También se presentaron tecnologías ya disponibles en el mercado costarricense, como concretos permeables, techos verdes y fríos, o sistemas de construcción modulares. Estas alternativas permiten reducir hasta un 80 % del material utilizado en obra, acortar los tiempos de ejecución y minimizar significativamente los impactos ambientales.
Costa Rica tiene la oportunidad de posicionarse como líder regional en construcción sostenible. Alcanzarlo requiere una visión compartida, decisiones valientes y una colaboración activa entre instituciones públicas, empresas privadas, centros de investigación y ciudadanía. Si el país toma el rumbo correcto, los materiales de hoy pueden ser la base de un futuro más limpio, justo y resiliente.