Sostenibilidad en concreto: más allá de lo trending y el greenwashing
- Luis Arevalo
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Edificar con conciencia se ha convertido en uno de los mayores desafíos para el sector construcción en América Central y el Caribe. ¿Moda pasajera o compromiso real?

Por: Luis Fernando Arévalo, luis.arevalo@connectab2b.com
Hablar de sostenibilidad en la construcción ya no es novedad. Lo que alguna vez fue una tendencia emergente, hoy es una exigencia ineludible para desarrolladores, inversionistas y actores clave de la industria. La “construcción verde” ha dejado de ser opcional, y tanto empresas como profesionales del sector deben decidir si apuestan por un cambio real o se limitan a prácticas superficiales que rozan el greenwashing.
El sector construcción ha sido históricamente señalado por su alto impacto ambiental. Frente a este desafío, la sostenibilidad no puede seguir siendo solo un discurso: debe convertirse en una práctica cotidiana y medible. Este especial de Revista Construir busca ir más allá de las modas y mostrar, a través de proyectos concretos, cómo la sostenibilidad está transformando la manera de edificar en la región.
Edificar con conciencia implica dejar atrás el enfoque decorativo de la sostenibilidad y pasar a la acción: aplicar buenas prácticas, reducir la huella ecológica, integrar tecnologías limpias y repensar desde el diseño hasta la operación de los edificios.
Para Pamela Ayuso, CEO y cofundadora de Celaque Honduras, la conciencia ambiental en el sector construcción es una necesidad, no una estrategia de marketing, y afirma que cada vez más empresas asumen el compromiso real de reducir su huella ambiental desde el diseño, la elección de materiales y la ejecución de obra.
Hoy, elementos como iluminación LED, eficiencia energética, ahorro de agua, separación de residuos y uso de materiales reciclables han dejado de ser diferenciales para convertirse en requisitos mínimos. Un edificio que apuesta por certificaciones ambientales puede lograr ahorros superiores al 20 % en agua, energía y materiales, en comparación con uno tradicional.
Según el Global Status Report for Buildings and Construction del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), el sector construcción es responsable de aproximadamente el 39 % de las emisiones de CO₂ a nivel mundial. De ahí la urgencia de adoptar enfoques más responsables. Desde la perspectiva de Pablo Suchini, gerente general de Comosa Guatemala, aunque en algunos casos el enfoque sostenible se ha utilizado como una herramienta de comunicación, la realidad es que muchas empresas han adoptado prácticas concretas para reducir su huella ambiental. Añade que el sector en Guatemala atraviesa un proceso de transformación hacia modelos más sostenibles, impulsado por una combinación de regulaciones, demanda del mercado y compromiso empresarial.
Si bien muchas prácticas sostenibles implican una mayor inversión inicial, el retorno —tanto en ahorro como en valor agregado— se alcanza en menor tiempo y con beneficios tangibles. Esta visión es compartida por organismos como el Green Building Council (GBC), que en la región impulsa estándares de construcción verde desde cada capítulo nacional.
Luis Alejandro Mejía, oficial líder de BID Invest, considera que producto de estas decisiones el constructor será más eficiente y competitivo en los costos de construcción, mientras que el futuro ocupante u operador de esa infraestructura podrá reducir considerablemente los gastos de energía y agua. Esto convierte la sostenibilidad en una ventaja, no en un obstáculo.
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Además, el comportamiento del consumidor también está cambiando. Un estudio del Institute for Business Value de IBM revela que el 51 % de los consumidores considera la sostenibilidad como un factor importante, y el 49 % está dispuesto a pagar más por productos o servicios sostenibles.
Retos, avances y liderazgo en la región
¿Existe conciencia? La respuesta unánime de los expertos es sí. No obstante, el principal reto está en traducir esa conciencia en acciones y resultados tangibles. Giuseppe Angelucci, CEO de Tuscania en El Salvador, reconoce que hay conciencia pero no logramos concretarla en obras. Menciona que algunos países van más adelante que otros y lamenta que El Salvador esté tratando de avanzar, pero no encabece estas iniciativas como sí lo hacen Costa Rica, Guatemala o Panamá.
Para revertir esta realidad, surgen en la región diversas iniciativas y estrategias sectoriales. En Guatemala, por ejemplo, la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC) lanzará un plan de acción de buenas prácticas ambientales enfocado en reducir emisiones, optimizar el uso del agua, gestionar residuos y proteger la biodiversidad.
José Andrés Ardón, director ejecutivo de la CGC, comenta que van a implementar un programa de capacitación y acompañamiento para cerrar esa brecha que existe entre intención y acción.
Por su parte, Costa Rica dio un paso firme con la publicación de la Guía para el Desarrollo Inmobiliario Sostenible, elaborada por el Consejo de Desarrollo Inmobiliario (CODI), que ofrece herramientas prácticas para integrar criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en los proyectos. Verónica Alfaro, directora ejecutiva de CODI, considera que la adopción de criterios ESG en la industria inmobiliaria es clave para generar valor y garantizar la resiliencia de los proyectos.
Algunos actores de la industria están buscando inspiración en el pasado para redefinir el futuro urbano. Mónica Anguizola, gerente general de Grupo Miró, expresa que buscan regresar a los diseños de su infancia para llevar de nuevo la sostenibilidad al desarrollo urbano, con un tipo de arquitectura que se adapte a la evolución. En este nuevo contexto, el reto ya no es solo construir más, sino construir mejor. Y eso implica pensar en el planeta, en las comunidades y en el legado que cada obra dejará para las próximas generaciones.
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