La radiografía del sector construcción en Centroamérica y el Caribe
- Maria Calero
- 22 sept
- 12 Min. de lectura
El sector construcción impulsa gran parte del dinamismo económico en la región. Desde viviendas sociales hasta proyectos urbanos, su presencia ha impactado en el PIB, el empleo y las oportunidades que se abren para nuevos profesionales.

Por: María Melba Calero, maria.calero@connectab2b.com
La región ha experimentado un notable crecimiento en su industria de la construcción en los últimos años, impulsado por la inversión en infraestructura, el desarrollo urbano y el interés por mejorar la calidad de vida de sus habitantes. En esta región, donde las economías están en constante expansión y las ciudades están creciendo rápidamente, el sector de la construcción ha emergido como un motor clave de desarrollo y modernización.
En Costa Rica, tanto del Informe Económico para el mes de abril de 2025, por parte de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), como del Informe de Política Monetaria del Banco Central de Costa Rica, informaron que para el primer trimestre de dicho año se registró una intención de construcción de 688.000 metros cuadrados (m2), la cual supera a la cantidad de intención registrada en el mismo período para el 2024. San José y Alajuela concentran la intención de construcción, la cual está principalmente orientada hacia la vivienda y el comercio. Dentro de estos rubros de construcción, predomina la construcción de vivienda unifamiliar, con menor importancia de la edificación de condominios, así como la construcción de edificios con destino de uso comercial.
En complemento a lo observado por parte de la CCC, el Informe de Política Monetaria del Banco Central de Costa Rica menciona, en su Informe de Política Económica más reciente, que la construcción para el sector privado tuvo un desempeño determinado por el comportamiento y la ejecución de naves industriales, edificios de oficinas y plazas comerciales), así como la construcción de viviendas de interés social y para ingresos medios.
“Sin embargo, el comportamiento de la construcción con destino público experimentó una desaceleración, luego de tres trimestres consecutivos de expansión, comportamiento relacionado a una menor ejecución de obras para la generación eléctrica, menores niveles de ejecución en infraestructura vial del Consejo Nacional de Viabilidad (Conavi) y del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), así como del Programa de Infraestructura de Transporte (PIT) y de obra pública ejecutada por parte de las municipalidades”, indica la CCC.
Para junio del 2025, el sector de la construcción en Costa Rica representó una cifra de aproximadamente US$769 millones en términos de PIB a precios constantes, según datos de Trading Economics. Este valor corresponde al PIB específicamente generado por la actividad constructora en ese período.
Además se informó en dicho mes que los índices de precios de la construcción en Costa Rica registraron una caída durante el mes de junio, tanto en edificaciones generales como en viviendas de interés social, impulsada por la disminución en el costo de materiales de construcción como acero y concreto. De acuerdo con el informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) el Índice de Precios de Edificios cerró junio 2025 con una variación negativa de -0.39 %, alcanzando un nivel de 99.302 puntos, en comparación con los 99.690 puntos de mayo. Entre los insumos con mayor incidencia negativa en este índice destacan tubos de acero, transformadores eléctricos y tanques y cajas prefabricadas de concreto.
Estos materiales, ampliamente utilizados en infraestructura urbana como puentes, carreteras, acueductos y alcantarillados, explican gran parte de la desaceleración en el sector. Por su parte, el Índice de Precios de Vivienda de Interés Social mostró una variación mensual de -0.31 %, ubicándose en 99.474 puntos, frente a los 99.786 registrados en mayo. La reducción responde principalmente a perfiles de hierro o acero, tanques y cajas prefabricadas de concreto y tubos de acero.
En el caso de Guatemala, el Ing. Caleb Castañeda, vocal de la Junta Directiva CBR Guatemala, indica que basándose en el Banco de Guatemala (Banguat), la economía del país se divide en nueve sectores y 64 industrias. El sector de la Construcción y Desarrollo Inmobiliario ocupa el tercer lugar de importancia, teniendo relación directa con 24 industrias del total de 64, contribuyendo al crecimiento directo del 38% de todas las industrias en Guatemala. “Esto se traduce a que de cada dólar que circula en la economía guatemalteca, un $0.25 es gracias al sector construcción y desarrollo inmobiliario, es decir la cuarta parte. En el año 2024, el Desarrollo Inmobiliario, exclusivamente, generó el 12% del PIB con una contribución de más de US$12.900 millones reportados”, expresa.
Este dato sin lugar a duda es mayor ya que no se contempla el impacto indirecto sobre la economía informal, por ejemplo, la venta de comida callejera a trabajadores, las tiendas de barrio cerca de las construcciones, contratación informal de personal para cargar cemento, arena y block a los camiones, ferreterías, combustible etc. Lo cual genera empleos de manera indirecta.
El 2025 marca un punto de inflexión para la construcción en Guatemala. Según datos de CABI Data Analytics, el sector ha superado las turbulencias de los últimos años y se encuentra en una fase de consolidación. Este proceso, iniciado en 2023, refleja un cambio hacia proyectos más grandes y ambiciosos, como centros comerciales, bodegas y edificios de oficinas, que están transformando el paisaje urbano del país.
Los resultados de la encuesta de mayo 2025 realizada por la Cámara Guatemalteca de la Construcción y dada a conocer en el informe “Índice de confianza sector construcción mayo 2025” muestran una estabilidad en las expectativas del sector construcción: el 62% de los participantes considera que la actividad mejorará durante el resto del año, mientras que el 36% no anticipa avances significativos. “Este equilibrio en las percepciones sugiere una continuidad en el optimismo moderado registrado previamente, en línea con las proyecciones de incremento en la inversión pública y cierta recuperación de la demanda privada, especialmente en proyectos residenciales y comerciales”, indica el informe.
Etapa desafiante
En los primeros meses del 2025, la construcción en República Dominicana, continúa registrando cifras por debajo de lo proyectado en concepto de crecimiento, a pesar de ser una de las principales actividades económicas del país. De acuerdo con el Banco Central en su último informe sobre el crecimiento económico de la República Dominicana, apesar de que en mayo la construcción registró un crecimiento interanual de 1.9 %, la variación interanual del periodo comprendido entre enero y el mes pasado es de -1.7 %, aunque ha mejorado, ya que en abril, el resultado acumulado fue de -2.3 %.
Y es que el sector construcción en la República Dominicana atraviesa una etapa desafiante que está afectando a todo el ecosistema, desde desarrolladores hasta compradores, siendo estos últimos quienes están recibiendo el mayor impacto. La escalada de precios en los materiales esenciales y la disminución de mano de obra calificada han provocado un efecto en cadena que incrementa los costos y provoca demoras en los plazos de entrega. La consecuencia más directa: el comprador final termina asumiendo los efectos de esta situación.
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De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el Índice de Costos Directos de la Construcción de Viviendas (ICDV) ha registrado un aumento acumulado de más del 32.8% entre 2020 y 2024. Este comportamiento responde a incrementos en insumos fundamentales como: Acero corrugado el cual ha subido un 58% en cuatro años, influido por la volatilidad del dólar y la demanda internacional. Así como el cemento portland con un aumento de 27%, siendo un material indispensable en cualquier obra, la madera para encofrado con un incremento de 41%, atribuido a escasez global y mayores costos logísticos.
De igual forma, el presidente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), Gustavo Boquín, expresó que durante el primer semestre de 2025, el sector de la construcción en Honduras registró una caída cercana al 18%, según datos preliminares del desempeño económico nacional. Esta caída se debe a que hubo menos inversión tanto del gobierno como de empresas privadas, y además se construyeron menos casas, edificios comerciales y obras de infraestructura como calles o puentes.
Factores como el aumento en los costos de materiales, la incertidumbre política y el retraso en la ejecución de proyectos estatales han influido en el retroceso del rubro. Además, la escasa generación de empleo temporal, tradicionalmente vinculada a la construcción, ha afectado el dinamismo de otras actividades económicas relacionadas. Esta desaceleración ya está afectando la generación de empleo pues la Cámara afirma que se han perdido por lo menos 65.000 puestos de trabajo, entre obreros y técnicos especializados. Para solucionar esta situación y reactivar una industria que ha sido motor de la economía hondureña, se ha propuesto una revisión de las políticas financieras actuales y un diálogo entre el sector privado y el gobierno.
Otros países continúan creciendo
En cambio, la industria de la construcción de Panamá se prepara para crecer en 2025 y alcanzar una participación de hasta un 16 % del producto interno bruto (PIB), según proyecciones de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac). El sector tiene una participación de la economía del 15.5 %, pero la Capac proyecta que para el cierre de 2025 alcance la cota del 16 %.
Sin embargo, según la gremial, aún no alcanza los niveles de actividad de 2019, cuando superaba el 17 %, antes del gran choque debido a la pandemia de covid-19. Alejandro Ferrer, presidente de Capac, explicó que la actividad de la construcción estuvo marcada en 2024 por una caída del 24 % en la venta de vivienda, pero los empresarios se mantiene optimistas por la aprobación de un anteproyecto de ley de interés social preferencial, que facilita las condiciones financieras para que personas de menores ingresos puedan acceder a una casa. “Esta ley tiene como objetivo facilitar la adquisición de viviendas a miles de familias que buscan su nuevo hogar. Aunque aún falta su aprobación final, la Capac espera que la Asamblea respalde este importante proyecto, el cual representa una esperanza para muchos compradores”, indicó Ferrer.

La ley crea condiciones para que las personas obtengan un préstamo hipotecario para la compra de una vivienda en un precio que no exceda los US$120,000, un valor que incluye el costo del terreno. En El Salvador, de acuerdo con datos del Banco Central de Reserva (BCR), el producto interno bruto (PIB) creció un 2.3 % en el primer trimestre de 2025. De las 19 actividades económicas que lo componen, 11 reportaron crecimiento, mientras que el resto presentó una contracción. La construcción fue la que más destacó, con los mejores niveles registrados en los últimos siete trimestres, en ese período, este rubro registró un índice de 172.32 puntos, superando los 161.52 del último trimestre de 2024, lo que refleja una sólida expansión impulsada por el dinamismo de la inversión pública y privada.
Otto Boris Rodríguez, economista, asesor económico y financiero y Catedrático Universitario en El Salvador comenta que la industria ha venido aportando alrededor de 5%; sin embargo, en post-pandemia se ha observado un mayor crecimiento del sector de alrededor de 6.7%; y en el primer trimestre de 2025 ya rebasa el 7%, producto de un crecimiento de más de 27%. “Eso implica que el sector construcción va teniendo año con año mayor importancia para la economía, y se está convirtiendo en uno de los fundamentos del crecimiento reciente”, afirma.
Para 2025, la Cámara Salvadoreña de la Construcción (Casalco) estima que la industria alcanzará una expansión proyectada del 8%. Esto refleja no sólo un buen momento económico para el sector, sino también su papel fundamental en la generación de empleo, dinamismo comercial y atracción de inversiones en El Salvador.
José Antonio Velásquez, presidente de Casalco, ha destacado que el gremio tiene expectativas positivas para este año, luego de que el sector mostrara un crecimiento del 17.3 % en el primer trimestre, consolidándose como la actividad económica con mayor dinamismo en ese periodo. “Esperamos que 2025 supere los datos del año pasado. Si se mantiene esta tendencia, podríamos cerrar con una inversión que rondaría los US$2,800 millones”, afirmó Velásquez.
Por otro lado en el primer trimestre de 2025, en Nicaragua los resultados de la Encuesta de la Construcción Privada muestran que el área efectivamente construida registró un crecimiento de 4.2% en términos interanuales, y de 5.4% en promedio anual. Asimismo, la variación subyacente, medida por la serie de tendencia-ciclo, registró un crecimiento de 11.8% con relación al mismo trimestre del año anterior, y un aumento de 8.3%en promedio anual.
Esta encuesta fue realizada por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inde), y los resultados muestran señales de recuperación en el sector construcción; con una apuesta clara hacia el crecimiento económico desde la inversión en infraestructura productiva y la continuidad en programas de vivienda social. Por mayor área efectivamente construida, fueron las edificaciones destinadas a comercio (60.0%), e industria (180.5%); y disminuciones en las obras residenciales (8.9%), y servicio (12.3%). “El área efectivamente construida de viviendas de interés social fue de 50,692.0 metros cuadrados, lo que significó disminuciones de 13.3% respecto al mismo trimestre del año anterior (58,438.3 m2), y de 16.3% en promedio anual”, indica el informe.
¿Qué frena el crecimiento?
Para Andrés Rojas, consultor empresarial y catedrático en República Dominicana, el sector enfrenta serios problemas en la ejecución de obras, ya que se estima que el 61.5% de las viviendas en construcción están paralizadas, mientras que solo el 20.2% se encuentra en ejecución y el 14.8% ha sido culminado. Este alto porcentaje de proyectos detenidos es indicativo de problemas en la gestión, la financiación y la coordinación entre los actores involucrados.
Mientras que, Boris Rodríguez señala que hay varios elementos en El Salvador que pueden convertirse en desafíos, dependiendo de la forma como el sector los gestione, entre estos se encuentran el lograr la mejor sintonía entre la demanda y la oferta, para reducir la posibilidad que se generen presiones especulativas que dañen la industria, acceder de forma consistente esquemas de financiamiento a mediano plazo y a tasas de interés competitivas, evaluación de la tokenización de proyectos, para ganar autonomía en el financiamiento, pero también para una mejor optimización de incentivos fiscales y por último diseñar un plan estratégico de construcción en la zona oriental y occidental, para cuando el Gran San Salvador esté llegan a su punto de saturación.
Por su parte Castañeda resalta que si bien Guatemala posee una economía sólida y una demanda de vivienda estable, así como un tipo de cambio frente al dólar bastante predecible y bancos entusiastas con acceso a servicios financieros tanto para desarrolladores inmobiliarios, como para compradores de vivienda, sin embargo existen retos como los tiempos y tramitología para ingresar y obtener licencias de construcción autorizadas por las diferentes instituciones gubernamentales involucradas, estos trámites son desgastantes, engorrosos, repetitivos y también implican un coste y tiempos de obtención de hasta 14 y 18 meses.
“Adicional, no se cuenta con inversión en infraestructura vial y acceso a servicios de transporte público lo cual afecta tiempos y cotes de traslado, otro reto es la planificación territorial por municipios y departamentos del país ya que en muchos de estos no se cuenta con un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) lo cual representa otro gran desafío para el desarrollo sostenible y ordenado de proyectos inmobiliarios a nivel nacional”, expresa.
En el caso de las inversiones la Cámara Guatemalteca de la Construcción los resultados de la encuesta correspondientes a mayo de 2025 reflejan una mejora sustancial en las condiciones percibidas para invertir en el sector construcción. “El 62% de los encuestados considera que el contexto actual es favorable para realizar inversiones, en comparación con un 15% que lo percibe como desfavorable y un 23% que mantiene una postura conservadora. Este aumento en la proporción de respuestas puede interpretarse como un indicio preliminar de fortalecimiento de la confianza del sector privada”, analiza.
Pese al avance en la percepción general, el nivel de incertidumbre reportado continúa siendo relevante. Esto sugiere que persisten factores estructurales que limitan la capacidad de transformar la confianza en decisiones efectivas de inversiones. Entre estos destacan la ejecución presupuestaria rezagada para infraestructura, la rigidez de los trámites administrativos y la necesidad de una mayor previsibilidad normativa.
Oportunidades para jóvenes
La construcción, principalmente residencial y torres de apartamento, tiene un gran potencial de generar empleos formales. Además, por su conectividad en la demanda de materiales, tiene capacidad de generar empleos indirectos; lo cual es una buena característica del sector. El sector tiene potencial para profesiones y jóvenes, pero dada la expansión del sector, es bastante probable que el recurso humano calificado vaya siendo cada vez más escaso.
En Costa Rica, durante el 2024 se generaron más de 489.000 empleos directos e indirectos en todas las regiones. La actividad del sector dinamiza miles de empresas proveedoras, desde obreros hasta profesionales en ingeniería, arquitectura, transporte y servicios técnicos especializados. “Detrás de cada carretera, escuela, hospital, aeropuerto o vivienda, hay una cadena de valor que impulsa el crecimiento económico, la innovación y el bienestar de las familias. Una obra de infraestructura es mucho más que una estructura física. Es empleo directo e indirecto, es inversión nacional, es reactivación para decenas de sectores”, afirmó Randall Murillo, director ejecutivo de la CCC.
De igual manera el sector inmobiliario de Guatemala contribuye en buena parte con los más de 400.000 empleos que genera el sector construcción en total. “También derivado de las remesas, se empieza la compra formal de vivienda social que impacta de manera positiva en la calidad de vida de familias que acostumbran a vivir en viviendas con suelo de tierra y sin acceso a servicios básicos como agua potable y energía eléctrica”, expresa Castañeda.
Mientras que en República Dominicana, el desarrollo inmobiliario ha demostrado ser un pilar fundamental en la economía nacional, destacándose por su capacidad para generar empleo y dinamizar diversas áreas productivas. En 2024, este sector creó más de 50,000 nuevos puestos de trabajo, y las proyecciones para 2025 anticipan la generación de más de 60,000 empleos adicionales. A pesar de los retos, se espera que la economía dominicana mantenga un crecimiento nominal promedio del 9.2% en el corto plazo (2024-2025), lo que podría impulsar aún más la actividad constructora. Además, la inversión en infraestructura pública, como la construcción del Teleférico de Santo Domingo Oeste, proyectada para iniciar este 2025, contribuirá a la creación de empleos y al desarrollo económico regional.
En El Salvador, Boris Rodríguez destaca que existen oportunidades para que la industria continúe creciendo, tales como el diseño de proyectos inmobiliarios para las personas de ingresos medios, donde se podrían utilizar incluso partes prefabricadas, para bajar los costos. Diseño productos inmobiliarios adecuados al estándar de la diáspora, considerando que tienen mejores ingresos y preferencias por espacios grandes, diseño de una estrategia de desarrollo ordenada, moderna y amigable con el medio ambiente, para la zona de oriente. “Identificar las necesidades de infraestructura pública, considerando el diseño de nuevas carreteras, pasos a desnivel y puentes, en algunos de los cuales se podrían considerar esquemas de "peaje", para financiar las obras mientras la economía tiene dificultades fiscales (al menos 5 años)”, expresa.